Consumer.es Eroski (Mónica Salomone)
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jueves, 16 de noviembre de 2006 |
Tocar el piano, enhebrar una aguja o incluso
sentir un apretón de manos -con sus matices de calor y presión- son hoy
tareas imposibles cuando el propio brazo ha sido sustituido por una
prótesis. Pero puede que en un futuro no muy lejano ese sueño se haya
convertido en realidad. Los más recientes prototipos de brazos mioléctricos
se controlan sólo con el pensamiento y permiten desde pelar un plátano
a afeitarse. Sus portadores han recibido el mote más obvio: el hombre y
la mujer biónicos. Los expertos creen que es sólo el inicio de la era
de la fusión hombre-máquina.
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