La enfermedad de Parkinson produce una alteración que conlleva un incremento importante del riesgo de caídas, según se desprende de la investigación 'Análisis de la marcha humana. Aplicación a la enfermedad de Parkinson. Valoración del riesgo de caídas' realizada por investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (URJC).
Bajo la dirección del profesor Juan Carlos Miangolarra, este equipo
de investigadores analizó la marcha de 22 pacientes diagnosticados de
Parkinson y la comparó con personas sanas. En concreto, estudió el
comportamiento del tobillo en la marcha del paciente para observar cuál
puede ser la contribución del déficit de musculatura flexoral plantar a
la menor eficacia de la marcha y al incremento del riego de caídas. El
estudio pone de manifiesto que los pacientes con enfermedad de
Parkinson presentan, como mecanismo de compensación durante la marcha,
una mayor duración de los periodos y eventos relacionados con una mayor
estabilidad en el desplazamiento y un acortamiento de la duración e
intensidad menor de la fuerza ejercida en aquellos en los que el apoyo
es más inestable. Existe una disminución del arco de movimiento
del tobillo, sobre todo a expensas de la pérdida de la flexión plantar,
lo que unido a una debilidad muscular, determina una capacidad
disminuida de impulso en el inicio de cada paso. La disminución del
arco flexor dorsal, unido a la debilidad muscular, determinan una
tendencia al pie equino. Igualmente, se ha evidenciado un menor
arco articular flexor de rodilla durante la fase de oscilación durante
la marcha, y debilidad de la musculatura en la fase de preoscilación,
datos que se correlacionan con un acortamiento general de la oscilación.
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