Los diabéticos tratados con insulina sobreviven menos tras un trasplante hepático |
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Diario Médico (por Esther Román Cantón)
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Thursday, 17 de July de 2008 |
En los últimos años y gracias a la evolución en el campo de los trasplantes, ya se someten a ellos pacientes con un perfil cardiovascular desfavorable, quienes en épocas anteriores habrían sido rechazados como candidatos. Sin embargo, los pacientes que se han sometido a un trasplante de hígado, y a su vez padecen diabetes en tratamiento con insulina, o han tenido patología cardiovascular antes del trasplante tienen un mayor riesgo de una menor supervivencia.
Ésta es la conclusión principal a la que ha llegado un estudio
presentado por Ignacio Herrero, de la Unidad de Hepatología de la
Clínica Universitaria de Navarra, en el XIV Congreso Anual de la
Sociedad Internacional de Trasplante de Hígado que se ha celebrado en
París.
"El objetivo de la investigación era estudiar la
morbilidad de las complicaciones cardiovasculares y la evolución de los
factores de riesgo cardiovascular después del trasplante hepático", ha
explicado Herrero a Diario Médico. Esta investigación se ha realizado
en 15 hospitales españoles y en ella han participado 1.990 pacientes
que se sometieron a un trasplante hepático entre 2001 y el primer
semestre de 2004.
Entre los principales factores de riesgo que
indica el estudio están la diabetes, el tabaco, la hipertensión
arterial, la dislipemia y la obesidad. "El tener diabetes y que ésta
requiriera tratamiento con insulina es un factor de riesgo evidente y
que se ha asociado con más mortalidad en el estudio".
Además,
los antecedentes de patología cardiovascular presentes en algunos
pacientes influyen de manera negativa y aumentan el riesgo de
mortalidad. "La mortalidad por patología cardiovascular siempre se ha
considerado tardía", afirma Herrero, "y este estudio está proyectado
para que la recogida de datos no sea menor de 5 años. Pero ya hemos
encontrado en este corto plazo de tres años que los pacientes que
tienen mayor riesgo de mortalidad son los diabéticos, los que tienen
antecedentes de patología cardiovascular, los de mayor edad o los que
padecen insuficiencia renal".
La tasa de supervivencia de los
pacientes al año del trasplante fue del 88 por ciento, a los dos años
del 83 por ciento y al tercero, del 80 por ciento, "datos comparables a
lo que encontramos en la literatura internacional".
InmunosupresiónPara
medir la supervivencia de los pacientes el estudio analizó también
otras variables, entre ellas la inmunosupresión. Se hizo un seguimiento
de los pacientes que tomaban alguno de los dos fármacos más utilizados
para esta patología: tacrolimus y ciclosporina A, que inhiben la
activación de las células T, evitando que éstas ataquen al órgano
trasplantado. Según los resultados obtenidos a los tres años de
seguimiento, los pacientes tratados con tacrolimus tuvieron una mejor
supervivencia que los tratados con ciclosporina A. No obstante, Herrero
advierte de que hay que ser cautelosos con esta conclusión y especifica
que el estudio "no es aleatorio, sino que en cada hospital, cada médico
ha indicado el inmunosupresor que considera mejor en cada caso".
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