El 90 por ciento de los accidentes de tránsito podrían evitarse, según
estimaciones del Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi).
Esto surge del hecho de que ese porcentaje de los accidentes es
producto de fallas humanas. En lo que va del año, 4070 personas
perdieron la vida en estas tragedias, según datos de la Asociación
Civil Luchemos por la Vida.
Si bien la palabra "accidente" remite a algo que es inevitable, las
lesiones sufridas por sus protagonistas podrían disminuirse si se
tomaran precauciones básicas.
La Argentina mantiene un promedio de 22 muertos por día en
accidentes viales, es decir, 678 por mes. A pesar de las campañas
organizadas desde el Gobierno y desde distintas ONG, conductores y
peatones siguen sin respetar algunas normas esenciales que podrían
salvar vidas.
El uso del cinturón de seguridad es una de las principales acciones
preventivas. Diversos estudios internacionales indican que si
conductores y pasajeros de los asientos delanteros se los colocan, se
reduciría entre un 40 y un 50 por ciento el riesgo de sufrir
consecuencias en caso de un choque. El informe aporta precisiones: se
reduciría entre el 43 y el 65 por ciento el riesgo de sufrir
traumatismos graves. Por otro lado, el riesgo de lesiones mortales se
reduce entre un 40 y un 60 por ciento.
Un estudio de Luchemos por la Vida revela que en la ciudad de Buenos
Aires sólo el 30% de los conductores utiliza el cinturón. La
importancia de su uso, tanto en asientos delanteros como traseros, fue
ejemplificada por el Cesvi del siguiente modo: en un choque a 60 km/h,
un niño de unos 20 kilos sin la sujeción adecuada sería proyectado con
una fuerza de 340 kg, lo que le provocaría graves lesiones, incluso la
muerte.
La importancia del casco
Según un informe del Instituto de Seguridad y Educación Vial
(Isev), entre 2006 y 2008 aumentó un 13 por ciento la cantidad de
motocicletas que participaron de accidentes de tránsito en el país;
representan el 23% del total de vehículos involucrados.
Luchemos por la Vida lanzó una campaña con el lema de "Vos, que
tenés cerebro, usalo". El objetivo es concientizar a la gente de que
las lesiones en la cabeza causan el 80% de las muertes en moto y
ciclomotor y son la principal causa de discapacidad permanente. Las
principales víctimas son jóvenes menores de 25 años, y se estima que
unas 500 personas mueren por año en este tipo de accidentes. Es decir
que puede estimarse que unas 400 de esas muertes podrían haberse
evitado si los conductores hubieran utilizado casco.
Infracciones "comunes"
Peatones y conductores cometen a diario infracciones simples que
pueden provocar accidentes graves. En el caso de los peatones, cruzar
por el medio de la calle, pararse sobre la calzada y no respetar el
semáforo son las principales. Estas infracciones son la causa del 50
por ciento de las muertes en accidentes de tránsito.
En el caso de los vehículos, unos estudios internacionales estiman
que llevar encendidas las luces bajas durante todo el día reduciría la
cantidad de accidentes otro 5 u 8 por ciento. Según el relevamiento de
varias organizaciones, en Buenos Aires esta medida no tiene alto
acatamiento; ni siquiera en circunstancias climáticas adversas.
Manejo responsable
Este año, el gobierno porteño, varias organizaciones y algunas
empresas lanzaron campañas con el objetivo de evitar que los
conductores manejen alcoholizados. Si bien a los conductores
particulares se les permite, en la Capital, un máximo de 0,5 gramos de
alcohol por litro de sangre, algunas ONG promueven la tolerancia cero.
Según el Cesvi, con un cuarto del límite de alcohol en sangre que
permite la ley, la precisión al conducir ya se reduce un 60 por ciento.
Otras campañas, como la del conductor responsable, a cargo de la
Dirección de Seguridad Vial, la Unidad de Coordinación de Políticas de
Juventud y la Cámara Cervecera, buscan crear en los jóvenes la
conciencia del peligro que significa conducir alcoholizado.
Por otra parte, un estudio realizado en Nueva Zelanda, difundido por
la Organización Mundial de la Salud (OMS), enfatizó los peligros que
implica manejar con fatiga.
Esta investigación recomienda que no se conduzca si se tiene
sensación de somnolencia o si se ha dormido menos de cinco horas en las
veinticuatro horas anteriores al momento del manejo. Si se atendieran
estos consejos, sostienen los expertos, se podría evitar casi el 20 por
ciento de los accidentes.
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