Si es usted mujer y le ronda la cabeza la idea de hacerse un tatuaje, es recomendable que se lo piense dos veces (o incluso más) antes de ponerse en manos de un tatuador. La ilusión y las expectativas que el 'grabado' ofrece antes de materializarlo podrían verse desvanecidas una vez enfrentadas a la dura realidad y, sobre todo, al paso de los años y a la evolución personal.
Comentarios negativos de su entorno más cercano, problemas a la hora
de elegir vestuario que esconda o muestre este 'graffiti dérmico',
según la ocasión y la compañía, y la mala reputación que aún persigue a
los tatuajes en la sociedad occidental, son algunos de los quebraderos
de cabeza que este 'adorno', que en principio nos acompañará de por
vida, puede acarrearnos.
Esto es lo que afirma un estudio publicado en la revista estadounidense 'Archives of Dermatology', que señala la estigmatización social que aún se asocia a los tatuajes y los comentarios negativos realizados por terceras personas como las principales causas que empujan a quien tiene un tatuaje a intentar borrarlo de su piel.
Según el artículo, en EEUU uno de cada cuatro adultos de 18 a 30
años tiene un tatuaje y la gran mayoría (un 83%) declara estar
satisfecha con ellos. Sin embargo, según autores del estudio, dirigido
por la doctora Myrna L. Armstrong del Texas Teach University Health
Sciences Center, esto no es óbice para que los dermatólogos hayan
constatado la existencia de un creciente número de pacientes que hablan
de insatisfacción respecto a su tatuaje y del deseo de eliminarlo. El artículo refleja una tasa de prevalencia de 'tatuados' insatisfechos que rondaría el 20%, siendo un 6% la tasa que finalmente opta por eliminar el tatuaje.
Según el doctor Jaume Tufet, vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina Estética, "en España esta tendencia también presenta un ligero aumento.
No obstante, por el momento hombres y mujeres presentan una tasa de
'arrepentimiento' parecida. Los motivos argumentados para decidir
eliminar el tatuaje son la asociación con recuerdos que quieren olvidar
o razones estéticas. Son pocas las ocasiones en las que se opta por
eliminar el tatuaje por causas laborales", prosigue.
La encuesta se realizó sobre una muestra de 196 participantes (66
hombres y 130 mujeres), que visitaron una clínica especializada en la
eliminación de tatuajes en 2006. Las cuestiones se centraron en las
razones que empujaban a los usuarios a hacerse y quitarse el tatuaje y
los resultados se compararon con los de una encuesta similar realizada
en 1996.
Al evolucionar se arrepienten
En ambos estudios, tanto en el de 1996 como en el de 2006, se
constató que el deseo de eliminar el tatuaje venía asociado,
principalmente, a la voluntad de los encuestados de desvincularse del
pasado, como consecuencia de la evolución y el cambio de personalidad que habían experimentado
desde que tomaron la decisión de tatuarse (más de la mitad de los
'graffitis' se hicieron cuando los encuestados tenían edades
comprendidas entre los 16 y los 23 años).
Entre las motivaciones para tatuarse los participantes en la
encuesta destacaron el deseo de sentirse únicos (un 43%), la
demostración de independencia (44%) o el deseo de resaltar experiencias
vitales (28%).
A la hora de enumerar las causas que les llevaron a arrepentirse de
haber 'pintado' su piel la mayor parte de los encuestados no precisó
una motivación especial, ya que un 58% declaró haber tomado la decisión
por haberse aburrido del tatuaje y/o "haber superado esa fase".
Otras motivaciones a destacar son la vergüenza a la hora de mostrarlo (57%), una menor autoestima física (38%), el comienzo de un nuevo trabajo o carrera profesional
(38%), problemas al elegir vestuario (37%) y percepción de
estigmatización social (25%). Por otra parte, muchas de las personas
encuestadas decidieron quitarse el tatuaje aprovechando una ocasión
especial como un cumpleaños, al contraer matrimonio o al recuperar la
independencia tras una relación sentimental fracasada.
A pesar de que tradicionalmente estos 'grabados' han sido
considerados 'cosa de hombres', actualmente las mujeres son el género
que decide mayoritariamente 'poner un tatuaje en su vida'. Pero, de la
misma forma, el estudio muestra que las mujeres son también el sexo más
proclive a arrepentirse. Mientras en el momento de tomar la decisión de
hacerse el dibujo casi todas las mujeres encuestadas se mostraron
satisfechas del resultado, las participantes en el estudio confesaron
que sus sentimientos habían cambiado al transcurrir un periodo de
tiempo de uno a cinco años.
Rechazo social
La mayor parte de ellas tomó la decisión de tatuarse buscando
transgredir las normas de género y asumir ciertos 'riegos sociales', ya
que según los autores el tatuaje femenino sigue siendo considerado por
algunos sectores como una forma de romper con las barreras y tabúes que
se presuponen al sexo femenino.
El estudio refleja la discordancia existente entre las expectativas que tenían las mujeres a la hora de tatuarse y la respuesta de la sociedad
ante estas marcas dérmicas, evidenciando el rechazo social como una de
las causas principales para decidir eliminarlo (algo que no sucedió en
el caso de los hombres).
A esta percepción negativa contribuyeron en gran medida los
comentarios negativos de terceros, tanto en público como en ámbitos
educativos o laborales. Los problemas al tener que condicionar la
elección del vestuario a la presencia del tatuaje y al no ver
satisfecha la sensación de originalidad que se perseguía, también
influyen en las mujeres por lo que muchas de ellas recurren a cremas,
maquillaje y hasta vendas adhesivas para ocultarlos.
"El respaldo social a los tatuajes femeninos podría ser menor que a
los masculinos. En lugar de tatuajes visibles las mujeres siguen
eligiendo, incluso en la sociedad contemporánea, tatuajes en zonas que
puedan ocultar o mostrar controladamente", concluyen los autores.
Según el doctor Tufet, en nuestro país la implantación de tecnologías de eliminación de tatuajes no ofrece grandes avances desde hace unos años,
ya que la demanda aún es pequeña, pero sí existen clínicas
especializadas que ofrecen este servicio. Los tatuajes más complejos de
eliminar son los coloreados en verde y amarillo, mientras los azules o
negros, hechos por manos profesionales, son los que mejor se borran.
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