La próxima vez que olvide una cara en una fiesta, el nombre de su nuevo jefe o el cumpleaños de su esposa, quizá deba considerar dormir más tiempo como sugieren investigadores suizos.
Los expertos saben que el sueño explica cómo pensamos, pero los
neurocientíficos de la Universidad de Ginebra han descubierto que
dormir puede producir un impacto duradero en la forma en que el cerebro
procesa y almacena la nueva información aprendida.
Dormir
es importante para aprender y para tomar decisiones, pues las células
del cerebro se reordenan de una nueva forma, según expuso el equipo de
investigación de la Universidad de Ginebra, que dirige Sophie Schwartz,
en el reciente Foro de Neurocientíficos Europeos celebrado en la ciudad
suiza. Presentada ante la Federación Europea de Sociedades de las
Neurociencias, la investigación sugiere que dormir bien tiene una
repercusión relevante en la manera en que el cerebro funciona tras el
sueño. "Si se tiene una nueva experiencia y se duerme después un
tiempo, entonces las enseñanzas que de ahí se desprenden quedan mejor
grabadas", explica Schwartz a swissinfo. "La mejora está relacionada
con la actividad cerebral en determinadas regiones del cerebro que son
importantes para el aprendizaje", añade. En opinión de Schwartz, cuando el cerebro recibe primero información sensorial, la percibe y decodifica en su capa externa. Desde
allí, la información se manda al hipocampo, situado en la parte frontal
del cerebro y fundamental para la orientación espacial y la memoria
inmediata. El hipocampo actúa como un amortiguador temporal. El
cerebro entonces filtra información irrelevante y decide qué es lo
suficientemente importante para almacenar. Si la información pasa la
barrera, se guarda en una base más permanente. El resultado final se
llama 'memoria declarativa'. "Una idea es el que diálogo entre el
hipocampo y el córtex puede ocurrir durante el sueño", de acuerdo con
Schwartz. "No hay información simultánea procedente del mundo externo".
Afianzar la memoria
Afianzar
la memoria durante el sueño es importante, como cuando se aprende de
memoria, pero también para los procesos del desarrollo del movimiento,
como el ir en bicicleta o hacer malabares. Al parecer un buen
descanso fortalece las conexiones entre las células nerviosas en el
cerebro, un proceso clave para aprender y memorizar. Según el estudio, las células se reordenan de una nueva forma, lo que facilita el aprendizaje y la toma de decisiones. Los
especialistas analizaron a un grupo de 32 voluntarios a quienes se les
enseñaron nuevas habilidades o se les pidió que recordaran imágenes.
Pruebas
Aparte
del grupo se le permitió dormir normalmente durante ocho horas. Al
resto se le impidió descansar o sólo se le autorizó a tomar pequeños
descansos. Al día siguiente se pidió a los voluntarios que
pusieran en práctica las habilidades aprendidas o recordaran las
imágenes vistas la víspera, mientras sus cerebros eran escaneados
mediante la técnica de resonancia magnética funcional. Los que tuvieron un sueño normal presentaron una mayor actividad cerebral y, por ende, se desempeñaron mejor. La
especialista concluye: "Ahora queremos determinar cuáles circuitos
cerebrales toman parte en estos procesos durante la noche y cómo
podemos estimular esos procesos".
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