Es el sueño de cualquier cirujano: el robot Da Vinci es capaz de
reproducir con sus cuatro brazos los movimientos que, desde la consola,
realiza el cirujano. Y los efectúa aun con mayor precisión, ya que sus
circuitos filtran los casi imperceptibles temblores de la mano. Además,
quien opera lo hace frente a un visor que le ofrece una visión del
campo operatorio en tres dimensiones, amplificada diez veces.
Los movimientos del brazo robótico son más precisos, más armónicos, lo
que ocasiona el menor daño a los tejidos. Además, los nano y
microinstrumentos permiten trabajar en espacios muy reducidos del
organismo, comentó a LA NACION el doctor Oscar Damia, coordinador
general de cirugía robótica del Hospital Italiano.
Desde el lunes último, ese hospital cuenta con el primer sistema de
cirugía robótica de la Argentina. El Da Vinci, que en estos días ya
realizó cinco operaciones quirúrgicas, costó 1,5 millones de dólares y
sus dos módulos (el que contiene los brazos robóticos y la consola que
maneja el cirujano) pesan más de media tonelada.
El robot forma parte de una nueva generación de tecnología aplicada
a la medicina, que ofrece nuevas posibilidades diagnósticas y
terapéuticas, entre las que se cuentan, por ejemplo, modernos equipos
de imágenes o dispositivos de cirugía ocular.
En el caso del Da Vinci, explicó Damia, éste será utilizado en
urología (de adultos y pediátrica), y en menor medida en afecciones de
la vejiga. Sin embargo, el campo de acción de la cirugía robótica se
encuentra en expansión en todo el mundo, ya que hoy son 860 los robots
en funcionamiento (en Sudamérica hay sólo cinco: dos en Brasil y dos en
Venezuela, además del instalado en el Italiano).
"Se empezó a usar para ablación de próstata, en trasplantes renales
y para cáncer de riñón, pero luego otras especialidades comenzaron a
ver la utilidad de su alta precisión -contó Damia-. Permite realizar
cirugías menos agresivas, con menor analgesia y que casi no requieren
transfusiones. Es así como hoy se usa en ginecología, para distintos
tipos de cáncer, en cirugía general para hernias de esófago, en cirugía
bariátrica para hacer bypasses e incluso en cardiología."
En cuanto a las cinco cirugías realizadas con el Da Vinci en el
Italiano, comentó el doctor Carlos Giudice, de la Sección Oncología
Prostática, "todas fueron prostatectomías radicales, que sigue siendo
la principal indicación del Da Vinci."
Vale recordar que si bien este es el primer Da Vinci instalado en el
país, la primera cirugía robótica realizada en la Argentina fue en
2005, en el 76° Congreso Argentino de Cirugía, que contó con la visita
del robot.
En tiempo real
Así como el Da Vinci del Italiano es el primer sistema
quirúrgico robótico del país, la Clínica Adventista de Belgrano ha sido
la primera (no sólo en la Argentina, sino también en Iberoamérica) en
adquirir un sistema de resonancia magnética intraoperatoria en
neurocirugía o Remain. Su costo fue de un millón de dólares, pero la
adaptación del quirófano demandó otro millón.
¿Qué aporta esta moderna tecnología? "Es un equipo especialmente
diseñado para la extracción de los gliomas, que son los tumores
primarios del cerebro, y de los tumores de hipófisis -dijo el doctor
Roberto Herrera, jefe del Servicio de Neurocirugía de la citada
clínica-. El problema de estos tumores es que no se distinguen del
tejido cerebral sano, con lo cual puede ocurrir que en su extracción
quirúrgica no se remueva la totalidad del tumor, lo que hará que la
enfermedad vuelva, o que se remueva tejido sano. Y cada milímetro de
más que se remueve son diez millones de neuronas que se pierden."
A diferencia de otros sistemas que se emplean para guiar la mano del
neurocirujano, como la esterotaxia o la neuronavegación, en los que el
experto basa sus maniobras quirúrgicas en estudios de imágenes previos
a la cirugía, el Remain cuenta con un resonador magnético de última
generación que permite obtener imágenes del campo operatorio en tiempo
real, durante la cirugía.
Así, esta tecnología evita complicaciones asociadas a la remoción de
tejido sano, a la vez que reduce el riesgo de que haya que reoperar al
paciente para extraer vestigios del tumor. "En muchos de estos casos,
una remoción completa permite la cura del paciente, que en su mayoría
son chicos y adultos jóvenes", dijo Herrera, que agregó que el
procedimiento cuyo costo ronda los 30.000 pesos es cubierto
íntegramente por obras sociales y prepagas.
Rapidez y precisión
También dentro del campo del diagnóstico por imágenes, una
reciente adquisición da un paso más en busca de una mayor definición
para las resonancias magnéticas. Se trata del equipo para resonancia
magnética nuclear de 3 Tesla, adquirido por la Clínica Sagrada Familia,
que ofrece el doble de potencia que los equipos de 1.5 Tesla.
"La principal ventaja del equipo es su mayor definición y rapidez
-resumió el doctor José Vila, jefe de neurología de la Sagrada
Familia-. Además, cuenta con un programa que permite reproducir los
estudios en condiciones idénticas, y por lo tanto reproducibles, algo
que es imprescindible para la investigación, pero que también permite
monitorear la evolución de las imágenes y los posibles cambios tras una
intervención terapéutica."
Sus usos son múltiples: "Permite ver la composición molecular del
tejido nervioso con mayor precisión. Así tejidos que se ven
aparentemente normales con un equipo de 1.5 Tesla, con 3 Tesla se puede
ver si están enfermos o no -ejemplificó Vila-. En un minuto, y sin usar
sustancias de contraste, se puede ver si hay arterias o venas
cerebrales ocluidas, y en diez minutos y con contraste se pueden ver
todas las arterias del cuerpo". Comentarios reservados a usuarios registrados. Por favor ingrese al sistema o regístrese. Powered by AkoComment! |