Un estudio de la Universidad de California ha demostrado cómo los
tumores supresores inhiben las células tumorales. Hasta ahora, los
investigadores conocían cuáles eran las células objetivo de los
inhibidores, pero no cómo actuaban.
Uno de los principales tumores supresores es el p53, una proteína
que actúa en el núcleo de célula para controlar la expresión de otros
genes cuyos productos pueden inhibir la proliferación y el crecimiento
de la célula. Este estudio describe el
mecanismo por el cual el p53 regula las células y las protege contra el
daño de ADN que podría conducir al cáncer. El estudio muestra que dos
genes del p53, Sestrin1 y Sestrin2, proporcionan un eslabón importante
entre el p53 y una proteína kinasa llamada mTOR, un regulador central
de crecimiento de la célula. La proteína mTOR es la diana para la
actividad inhibitoria del inmunosupresor rapamycina, un nuevo
medicamento contra el cáncer. Los resultados obtenidos por Michael Karin y Andrei V. Budanov, de la univeridad de California, que se publicarán en Cell,
demuestran que los dos genes Sestrins pueden ser supresores de tumor en
sí mismos. El daño de ADN provoca dos respuestas biológicas: la
detención del ciclo de célula, que permite la reparación y
supervivencia de la misma; y la muerte de ésta, un proceso en cual las
células dañadas, que de otra manera podrían dar lugar al cáncer, son
eliminadas. Las diferentes funciones de p53 son
mediadas por numerosos genes objetivo y dependen del grado de daño a la
célula. Este descubrimiento puede ser muy importante para los
científicos que buscan inhibidores nuevos que paren o reduzcan el
crecimiento del tumor.
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