El 25 y el 26 de julio la Universidad Técnica de Munich, en Alemania, fue testigo del primer transplante completo de brazos. La operación ha sido llevada a cabo por un equipo de 40 personas de la Clínica de Cirugía Plástica y Cirugía de la Mano de dicho centro.
Hace
seis años, un granjero de 54 años perdió sus brazos en un accidente
laboral. Tras dos intentos fallidos con distintos tipos de prótesis, se
puso en contacto con un equipo de médicos de la Universidad de Munich para que llevasen a cabo el trasplante.
Antes
de la operación el sujeto pasó un gran número de pruebas. Los médicos
realizaron un examen médico completo para comprobar el estado de su
sistema inmune, ya que tras la intervención estaría debilitado. Además,
se aseguraron de que tuviese una personalidad sólida y viviese en un
entorno estable. La última fase del preoperatorio consistía en la
exploración de los muñones para ver dónde y cómo podían unir los vasos
sanguíneos y los nervios durante el trasplante. En este proceso
descubrieron que la arteria principal del brazo izquierdo estaba
taponada, por lo que necesitaría varios bypass.
La operación
El
pasado 25 de julio cinco equipos iniciaron la cirugía simultáneamente.
Primero tuvieron que preparar las terminaciones de los músculos, los
nervios y los vasos sanguíneos para la conexión. Posteriormente los
huesos del donante se cortaron y los vasos sanguíneos se rellenaron con
una solución de perfusión para evitar incompatibilidades sanguíneas
entre el donante y el receptor.
A continuación unieron
las partes nuevas al cuerpo en un procedimiento que seguía distintos
pasos. Primero unieron los huesos a través de placas metálicas, para
continuar con la conexión de las arterias y las venas para reestablecer
lo antes posible la circulación sanguínea. Mientras, el lado izquierdo
ya había sido preparado con tres bypass venosos. Antes
de completar el proceso aclararon los brazos con una solución especial
que limpió la solución de perfusión y la sangre se fue introduciendo en
intervalos de veinte minutos. En pocos segundos los brazos adquirieron
el color rosado que los caracteriza. Los cirujanos cosieron los
músculos y tendones para finalizar con la conexión de los nervios.
Finalmente las articulaciones se unieron con un fijador. La operación
concluyó tras quince horas en el quirófano.
En
la actualidad el paciente está bien dadas las circunstancias. Su
principal preocupación es evitar las infecciones y los efectos
secundarios de la medicación que impide el rechazo de los nuevos
miembros. Además el paciente está recibiendo un seguimiento psicológico
para que la adaptación a sus nuevos miembros sea satisfactoria.