Las variaciones en un gen que regula la dopamina en el cerebro explicarían por qué algunas personas son más propensas que otras a desarrollar ansiedad, sugiere un nuevo estudio.
El gen COMT controla una enzima que descompone a la
dopamina en el organismo. Un equipo de investigadores alemanes
halló que las personas con una determinada variación frecuente
del gen tendían a tener una respuesta exagerada, que podría
aumentar su vulnerabilidad a los desórdenes de ansiedad. Los resultados, publicados en Behavioral Neuroscience, se
unen con estudios previos que identificaron una relación entre
la variación genética y el aumento del riesgo a desarrollar
trastornos de ansiedad. "Esta única variación genética es quizás la única de muchos
factores que influyen sobre un problema tan complejo como la
ansiedad", comentó el autor principal del estudio, doctor
Christian Montag, de University of Bonn, a través de un
comunicado de American Psychological Association. "Aun así, identificar a los primeros candidatos entre los
genes asociados con una tendencia a la ansiedad es un paso en
la dirección adecuada", agregó. El equipo opina que comprender los fundamentos genéticos de
la ansiedad y de otros trastornos psiquiátricos permitirá
mejorar los tratamientos. Para analizar la relación entre las variaciones del gen
COMT y el reflejo exagerado de sobresalto, el equipo dirigido
por Montag reunió a 96 jóvenes alemanas de cerca de 22 años. Existen dos variaciones principales del COMT, la Val158 y
la Met158. La mitad de la población porta una copia de cada
variante; la otra mitad, 2 copias de la Val (25 por ciento) o 2
copias de la Met (25 por ciento). Los portadores de 2 variantes Met registran el nivel más
bajo de actividad en el gen COMT, lo que indica que descomponen
la dopamina más lentamente y, por lo tanto, tienen niveles más
altos de la sustancia química en los centros cerebrales que
regulan la emoción. Según el nuevo estudio, esas personas tienen también una
respuesta más exagerada de sobresalto. Para medir el reflejo exagerado, el equipo les colocó a las
mujeres electrodos para medir la actividad en los músculos
oculares mientras miraban distintas imágenes en una pantalla de
computadora; algunas eras placenteras (bebés y animales, por
ejemplo), otras eran emocionalmente neutrales y algunas no eran
placenteras (imágenes de armas o personas lastimadas). Mientras las mujeres miraban las imágenes, sonaba al azar
un ruido blanco que activaba el reflejo de sobresalto, que en
este caso se midió a través de la actividad en los músculos
oculares. El equipo halló que cuando les mostraba a las mujeres una
imagen no placentera, las portadoras de 2 variantes Met del gen
tenían una respuesta de sobresalto más fuerte que las
portadoras de por lo menos 1 variante Val. Los autores opinan que un mayor nivel de dopamina en el
cerebro haría que los portadores de la variante Met se sientan
más vulnerables a las amenazas del entorno o no puedan distraer
su atención de esas amenazas. Según Montag, la variante Met es relativamente reciente en
términos evolutivos y sólo está presente en los seres humanos.
Opina que la variación genética le proporcionó al ser humano
"el nivel de alerta necesario" para protegerse en un mundo
amenazante. "Era una ventaja ser más ansioso en un entorno peligroso",
destacó.
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