Aunque la dieta y los estilos de vida son responsables de una gran parte de los tumores de colon, los genes también juegan su papel; de hecho, el 20%-30% de los afectados tiene algún antecedente de la enfermedad. A pesar de ello, son pocos los 'genes del cáncer colorrectal' que se conocen, y los investigadores siguen buscando posibles candidatos. Uno de ellos, según se publica esta semana en la revista 'Science', podría ser el TGFBR1.
El cáncer de colon afecta cada año a un millón de personas en todo
el mundo, y es uno de los tumores más frecuentes en los países
industrializados; debido probablemente a factores dietéticos, como el
consumo excesivo de carne roja. Sólo alrededor de un 5% de todos los
casos se puede atribuir directamente a alguna mutación genética ya
conocida.
La investigadora española Laura Valle y sus colegas de la
Universidad de Ohio State (EEUU), dirigidos por Albert de la Chapelle,
han estudiado con muestras de más de 240 sujetos, si otra nueva pieza
de este rompecabezas genético podría ser el gen TGFBR1, que codifica una de las vías encargadas de mantener bajo control el crecimiento del cáncer colorrectal (denominada TGF beta).
Hasta ahora, ya se sabía que esta vía representa un importante
mecanismo natural del organismo para suprimir la actividad tumoral; y
de hecho la mayoría de tumores colorrectales tiene alguna alteración que implica la pérdida de función de este mecanismo.
Si hasta ahora todos los esfuerzos se habían centrado mayoritariamente
en el receptor 2 de TGF beta, el nuevo estudio se basa en el receptor 1.
El estudio demostró que entre un 10% y un 20% de los participantes
con cáncer de colon tenían expresado sólo uno de los dos alelos del
gen, mientras que este fenómeno sólo ocurría en el 1%-3% de los
controles sanos, que tenían idénticos niveles de ambas copias (una de
ellas heredada de la madre y la otra del padre).
"En cada célula tenemos dos copias del mismo gen, dos alelos",
explica a elmundo.es Alexandre Calon, investigador postdoctoral en el
laboratorio de cáncer colorrectal del Instituto de Investigación
Biomédica (IRB Barcelona), liderado por Elena Sancho. "Lo que han
descubierto significa que estas dos copias no se expresan igual.
Uno de los alelos mostraba una expresión reducida, aunque seguía
estando ahí; mientras que los niveles de expresión de la otra copia
eran normales. Pero la reducción en uno solo es suficiente para alterar
la actividad de la vía TGF beta y aumentar la predisposición al cáncer
colon".
Heredar este 'error' elevaría el riesgo de padecer cáncer colorrectal de un individuo desde el 6% que tiene la población general hasta casi el 50%.
Este desequilibrio, explican los autores, podría ser responsable de
hasta el 10% de los de tumores de colon en los sujetos caucásicos del
estado de Ohio, donde se llevó a cabo la investigación. La alteración
de ese alelo (denominada expresión específica de alelo en la línea
germinal) es un indicador de alto riesgo genético de desarrollar cáncer
colorrectal, aunque como ellos mismos concluyen, será necesario ratificar estas conclusiones en un mayor número de pacientes.
"Aunque puede haber variaciones interétnicas [en este trabajo todos los
sujetos eran blancos] esperamos obtener porcentajes similares en otras
poblaciones", explica Valle a elmundo.es.
El siguiente paso, explica la investigadora, es buscar la mutación
que está provocando que ese alelo se exprese menos de lo normal.
Además, como añade de la Chapelle, en el futuro será posible analizar
esta anomalía para evaluar el riesgo genético que tiene cada individuo
(y su familia) de sufrir este tipo de cáncer.
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