Las dietas ricas en antioxidantes, presentes en alcachofas, arándanos y nueces pueden mantener a raya la principal causa de ceguera en los países desarrollados. Este es el resultado de un estudio que se ha publicado en el último número de Journal of Biological Chemistry.
Los investigadores han descubierto un enlace entre dos procesos en la
retina que combinados provocan la degeneración macular del ojo. Así,
hallaron antioxidantes que interferían en ese enlace y ampliaban el
tiempo de vida de fotorreceptores y otras células de la retina. Heidi
Vollmer-Snarr, directora de la investigación llevada a cabo por la
Universidad de Columbia, ha explicado que, las personas que tienen
riesgo de sufrir degeneración macular podrían prevenir la enfermedad
mediante el consumo de antioxidantes”. Esta enfermedad
afecta a más de 1,75 millones de personas en Estados Unidos. Con el
envejecimiento de la población, el número se incrementará a tres
millones en 2020. Estas personas comienzan la enfermedad con la pérdida
de la visión central. Temporalmente se adaptan confiando en la visión
periférica. Sin embargo, hay pacientes que tarde o temprano pierden
totalmente la visión. El estudio ha descubierto una
relación entre la acumulación de un compuesto llamado A2E y daños
celulares en la mitocondria. El A2E es un subproducto natural de
actividad celular que a diferencia de otros compuestos se dispone por
todo el cuerpo. El problema surge cuando el A2E se
encuentra con estrés oxidativo creado por la exposición a la luz. En
esas circunstancias, el A2E interrumpe la producción de energía de la
mitocondria. La escasez de energía provoca que se cancele la limpieza y
el mantenimiento de fotorreceptores y otros tipos de células de la
retina. El resultado es más acumulación de A2E que acelera
la muerte de estas células visuales. Experimentos realizados con
células visuales de vacas, ratas y personas mostraron que los
antioxidantes podrían contrarrestar el daño.
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