Hace cuatro años, un grupo de adictos llegó a la Facultad de Medicina
de la Universidad de Yale, Estados Unidos. La mayoría eran consumidores
de crack, una forma altamente adictiva de la cocaína. Querían dejar.
"Vinieron porque su vida se había desmoronado a causa de la droga",
dice Thomas Kosten, experto en drogadicción que trabajó con ellos.
No tenían las de ganar. Más de dos millones de norteamericanos toman
alguna forma de cocaína regularmente y la mayoría encuentra este hábito
muy difícil de dejar. Incluso en los casos en que no se toma droga por
meses, está el peligro de que, a causa de un momento de debilidad, un
sólo desliz vuelva a introducir la adicción a sus vidas.
Los sujetos que formaron parte de la prueba de Kosten también
tuvieron sus momentos débiles. Sin embargo, hubo casos en los que,
cuando aspiraban o se inyectaban la droga, ésta no hacía efecto. Kosten
los había vacunado contra la cocaína, es decir que los anticuerpos
contra la droga estaban en su sistema sanguíneo, preparados para
neutralizar las moléculas de cocaína.
Los adictos estaban protegidos de la droga de la misma manera en que
a un niño se lo protege de la polio y el sarampión en sus primeros años
de vida. Para el final del estudio de Kosten, varios adictos habían
logrado vencer su adicción.
Las vacunas son una de las más exitosas invenciones de la medicina.
Sin ellas, posiblemente usted no estaría aquí para leer esto... Sus
antepasados podrían haber muerto a causa de epidemias de enfermedades
infecciosas tales como la viruela.
La esperanza es que esta tecnología pueda también curar los males
modernos de la salud. La obesidad y la presión sanguínea son algunas de
las condiciones que las vacunas nos ayudarán a vencer. Si los
impulsores están en lo correcto, el trabajo de Kosten es sólo uno de
los ejemplos de la que será la segunda revolución de las vacunas.
Un nuevo enfoque
Las vacunas introducen un nuevo enfoque de problemas tales como
las adicciones. La idea es que el cuerpo produzca anticuerpos que se
unan a ciertas sustancias y las neutralicen, como la cocaína.
Sin embargo, casi todas moléculas de las drogas son demasiado
pequeñas para desencadenar una reacción del sistema inmunológico, con
lo cual es más fácil decir que hacer.
Para lograrlo Kosten, ahora en el Colegio Baylor de Medicina de
Houston, Estados Unidos, unió diez moléculas de cocaína a la superficie
de la proteína del cólera.
La vacunación con esta "megacocaína" estimula la producción de
anticuerpos que atacan tanto a las moléculas normales de cocaína como a
las moléculas grandes y sintéticas que conforman la vacuna.
Cuando se juntan con los anticuerpos, las moléculas de cocaína no
pueden pasar la barrera entre el sistema sanguíneo y el cerebro. Por
eso, las personas con niveles suficientemente altos de anticuerpos no
experimentan el placer usual que produce la cocaína.
La idea de la vacunación contra las drogas adictivas fue explorada
por primera vez en la década del setenta. Pruebas en monos mostraron
que funcionaba, pero eran necesarias varias inoculaciones por día para
generar los niveles de anticuerpos indispensables para detener el
consumo de heroína. El estudio fue abandonado, pero con las mejoras de
la tecnología, los investigadores retomaron esta idea.
Una mejor respuesta
Después de resultados muy promisorios en animales, las primera
vacunas se están probando ahora en personas. La prueba de la vacuna
anticocaína de Kosten incluyó a más de cien adictos por un lapso de 24
semanas.
Alrededor de un tercio de las 55 personas a las que se les
administró la vacuna en vez de un placebo redujo su consumo de cocaína,
y de los 21 que produjeron más anticuerpos que el promedio, diez
dejaron su adicción totalmente.
Kosten está experimentando ahora con diferentes formulaciones para
encontrar una que produzca una alta respuesta de creación de
anticuerpos.
A pesar de estos resultados impresionantes, una vacuna de una sola
dosis no es la solución a largo plazo. El sistema inmunológico
evolucionó combatiendo patógenos, que entran en el cuerpo en bajo
número y, por eso, requieren bajos niveles de anticuerpos para
combatirlos.
La cocaína entra en nuestro cuerpo en grandes cantidades de una sola
vez. Por eso se necesitan inoculaciones extra para mantener el nivel de
los anticuerpos lo suficientemente altos. Durante el estudio de Kosten,
los adictos recibieron cinco inyecciones en un lapso de 12 semanas.
"Si uno no está motivado, es difícil mantenerse en el programa"
opina el doctor. A aquellos con el suficiente deseo de dejar, sin
embargo, la vacuna los ayudó. De hecho, una vez terminado el estudio,
los que habían vencido la adicción preguntaron si podían seguir
recibiendo la vacuna.
Desafortunadamente, Korsten no podía extender la prueba más tiempo,
con lo cual no podía hacer nada cuando el nivel de los ex adictos había
disminuido. Incluso después de meses sin probar drogas, es común que
vuelvan a caer.
"Toma mucha fuerza de voluntad después de que se terminan los
efectos de la vacuna -explica Korsten-. Al año, todos los sujetos
estaban consumiendo nuevamente alguna forma de cocaína."
El desarrollo de la vacuna contra la cocaína está en manos de Celtic
Pharma, de Hamilton, Bermuda. Si las siguientes pruebas son exitosas,
la firma planea presentarla en el 2010. Podría ser la primera de muchas
por venir.
El equipo de Korsten está trabajando en inoculaciones similares para
la metanfetamina y están obteniendo muy buenos resultados en animales.
Además, otro de los riesgos de la drogadicción, la sobredosis, tendría
una solución.
Ayuda para fumadores
La vacuna que está más desarrollada se ocupa de la droga adictiva que hace más daño a la salud de las personas: la nicotina.
Más de 100 millones de personas en todo el mundo son adictas, un
hábito que mata a cinco millones de personas por año, alrededor de una
cada seis segundos.
La mayoría de los fumadores de los países desarrollados quieren
dejar, pero es muy difícil. En Estados Unidos alrededor del 40% trata
cada año, pero a los seis meses 19 de cada 20 personas vuelven a fumar.
Como todo fumador sabe, dejar es fácil. Mantenerlo es lo difícil. La
vacuna que se está probando trabaja igual que la de la cocaína,
protegiendo a los ex fumadores de las recaídas: incluso los que caen en
la tentación, encuentran que el cigarrillo no los satisface.
Se podría pensar que, contra lo deseado, las personas podrían fumar
más para que los anticuerpos no fueran suficientes para neutralizar el
efecto del cigarrillo.
Sin embargo, un reciente estudio encontró que incluso cuando no
dejaban de fumar, las personas con altos niveles de anticuerpos fumaban
menos.
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