Es la responsable de la estabilidad de los genes. Pero la telomerasa,
un tipo de enzima, también tiene un papel principal en el desarrollo de
casi todos los tumores y en el envejecimiento. De ahí que el estudio
que publica 'Nature'
vaya a recibir la atención de miles de científicos en todo el mundo, ya
que un grupo de investigadores del Instituto Wistar en Filadelfia
(EEUU) ha logrado desvelar la estructura completa de esta molécula.
Algo, que según sus autores, será clave para desarrollar terapias.
La telomerasa es una enzima compuesta por dos subunidades: una
proteína, denominada TERT, y un ácido ribonucleico (TER). Este complejo
se une al final de los cromosomas y permite, mientras que la célula
está en un estadio primitivo (durante el desarrollo embrionario), su
alargamiento. Esos extremos de ADN son esenciales para proteger al
resto del cromosoma y mantener la capacidad regenerativa de los tejidos.
Tras el nacimiento, cuando las células son adultas, la telomerasa se
aletarga. De hecho, a medida que envejecemos, los telómeros, que así se
denomina a los extremos de los cromosomas, se hacen más cortos y
pierden su función protectora. Y es por ese motivo por lo que las
células empiezan a tener ciertos defectos y se produce su muerte.
Existe otra situación. Si la telomerasa se reactiva, esta enzima
empieza a trabajar incansablemente para mantener el tamaño de los
extremos cromosómicos, dando lugar a la inmortalidad celular, algo que,
aunque pudiera parecer lo contrario, no es beneficioso. Más del 90% de los tumores tienen niveles elevados de telomerasa.
En el punto de mira
Por estos motivos, esta molécula es la candidata ideal para el
desarrollo de terapias para tratar el cáncer o los trastornos
relacionados con el envejecimiento. De hecho, muchos científicos están
centrados en su estudio y han logrado algunos avances, como el que
recientemente recogía la revista 'Genes & Development'
firmado por la investigadora española María Blasco, directora del Grupo
Telómeros y Telomerasa del CNIO, y en el que se mostraba un sistema
para medir el tamaño de los telómeros y con ello identificar las
células madre y su comportamiento, por ejemplo, frente a fármacos
quimioterápicos.
Otros investigadores, como Tom Cech en 2006 y científicos del propio
Instituto Wistar el pasado año, habían revelado partes de la estructura
de la telomerasa. Sin embargo, esta es la primera vez que se detalla la
estructura de toda la enzima. "Esto nos ofrece nuevas formas para
comprender los mecanismos funcionales de la telomerasa y explica en
cierto grado la riqueza de los datos bioquímicos publicados sobre esta
molécula", señala a elmundo.es el doctor Emmanuel Skordalakes,
principal autor del estudio que publica 'Nature'.
Para conseguir esta 'fotografía' de la molécula, el investigador y su equipo analizaron una gran cantidad de fuentes donde se encuentra la telomerasa
(su estructura se conserva entre organismos de diferentes grupos
filogenéticos), como protozoos e insectos, y descubrieron que un gen
del 'Tribolim castaneum', el escarabajo rojo de la harina, podía
producir la enzima en grandes cantidades, y en una forma estable.
"Una vez que encontramos que el gen de este organismo expresaba la
proteína en las cantidades que necesitábamos, fuimos capaces de
ponernos en marcha rápidamente", señala Shordalakes. Con ese material,
y mediante el empleo de la cristalografía de rayos X, una técnica que
analiza la difracción el haz de radiación cuando pasa por los cristales
de la molécula, estos investigadores determinaron la estructura
tridimensional de la región activa de la telomerasa, la TERT.
El estudio reveló algunas sorpresas, como que los
componentes de la molécula cuando se unen al ADN se organizan en forma
de 'donuts', una configuración que no se esperaba. "Por primera vez,
hemos podido ver cómo arma la telomerasa el final de los cromosomas
para iniciar la replicación", explica Skordalakes, que se muestra
encantado con los resultados.
Este investigador señala que esta estructura "es una poderosa herramienta para la identificación de fármacos,
por lo que, por primera vez, nos ayudará en nuestra búsqueda de
terapias para el cáncer y el envejecimiento". De hecho, según ha
explicado a elmundo.es, ya está trabajando en el desarrollo de
moléculas que activen o inhiban la telomerasa.
Otra parte de sus próximas investigaciones se centrará en obtener
información en diferentes momentos del proceso de replicación de la
telomerasa. "Cuando juntemos esas 'fotografías' ofrecerán una clara
comprensión de cómo esta enzima duplica los telómeros", concluye.
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