La ecocardiografía transesofágica podría revolucionar el diagnóstico de enfermedades cardiovasculares
La ecocardiografía transesofágica 3D para obtener imágenes del corazón muy cercanas a la realidad y evaluar sus estructuras internas ya ha llegado. Aunque está aún en fase de investigación, los especialistas aseguran desde ahora que su mayor impacto tendrá que ver con la mejora de la habilidad para guiar procedimientos. Parece claro que podría ser clave para el desarrollo de una amplia gama de procedimientos en pacientes que no habrían sido posibles con otras técnicas.
El concepto ecocardiografía transesofágica 3D (RT3D-TEE) empieza a
aparecer en numerosos artículos en las revistas más prestigiosas. En un
estudio aparecido en la "Journal of the American College of Cardiology"
se habla exclusivamente de esta nueva técnica que, según los
especialistas, revolucionará el proceso de diagnóstico de enfermedades
coronarias y, en un futuro, de otras partes del cuerpo humano.
Lo más parecido a la realidad
La investigación sugiere que esta nueva tecnología tan innovadora
se puede practicar en la mayoría de pacientes y permite obtener
imágenes con una calidad excelente de ciertas estructuras del corazón.
Éstas, además, pueden conseguirse en tiempo real y en tres dimensiones.
Parece inevitable que acabe por revolucionar esta modalidad de imagen,
la ecocardiografía transesofágica (TEE, en sus siglas en inglés), que
hasta ahora se había usado como máximo en 2D pero que ya era una
herramienta esencial en la planificación quirúrgica y en los
procedimientos percutáneos (a través de la piel).
La nueva
técnica en 3D otorga imágenes excelentes del tabique interatrial, la
aurícula izquierda y las válvulas mitral, aórtica y tricúspide del
corazón
Lo que diferencia a esta nueva técnica de imagen de la que se usa
actualmente son los 3.000 elementos que la forman y que permiten el
rastreo de volumen, frente a los 64 elementos de la técnica 2D. La
técnica de imagen RT3D-TEE produce imágenes que "parecen exactamente a
lo que uno vería si tuviera un corazón delante", asegura Linda Gillam,
de la Universidad de Columbia en Nueva York (EE.UU.) y una de las
autoras del estudio. Su mayor impacto, según los especialistas, estará
en la habilidad para guiar procedimientos y mejorar el trato a los
pacientes, sobre todo en el aspecto invasivo que supone una intervención quirúrgica.
Amplio rango de posibilidades
Desde su desarrollo, la técnica RT3D-TEE se ha utilizado como
herramienta de investigación. No se ha usado todavía en el ámbito
clínico, debido al exceso de tiempo necesario para adquirir los datos y
porque el procesamiento de estos debe realizarse mediante métodos
"offline". Lissa Sugeng, una de las principales investigadoras en el
campo de esta nueva aplicación, analizó mediante RT3D-TEE a 211
pacientes. A todos se les visualizó el tabique interatrial, la aurícula
izquierda y las válvulas mitral, aórtica y tricúspide del corazón.
Todas las visualizaciones fueron calificadas de "excelentes"
excepto las imágenes de las válvulas aórtica y tricúspide que, según
los investigadores, fueron óptimas pero desaparecían frecuentemente.
Según Gillam, no es de extrañar ya que, asegura, las mejores imágenes
se obtienen de aquellas estructuras más cercanas al transductor. Al
estar situado en la zona del esófago, todas aquellas estructuras
próximas al mismo se verán mucho mejor. Añade que esta limitación no
restringirá las posibilidades de la nueva técnica, aunque es evidente
que se requieren más investigaciones en este sentido.
Según los expertos, la RT3D-TEE supone un cambio de paradigma en el
modo de adquirir imágenes del interior del organismo. Significa, por
ejemplo, un cambio en la forma de adquirir los datos. En la pantalla
final, además, se podrá disponer de multitud de imágenes para observar.
Finalmente, incluso el paciente podrá entender mucho mejor aquellas
imágenes que antes eran tan incomprensibles. Pero lo más importante es
la posibilidad de orientar las imágenes de manera mucho más precisa
durante los procedimientos, con lo que se mejorarán sin duda los resultados finales.
ECOCARDIOGRAFÍA TRANSESOFÁGICA
Del mismo modo que con la ecocardiografía convencional, la
ecocardiografía transesofágica (TEE) emplea ondas sonoras mediante un
transductor para producir una imagen del corazón y ver cómo funciona.
En el segundo caso, sin embargo, las ondas se envían a través de un
tubo introducido por la boca y la garganta hasta llegar al esófago. Así
se obtiene una imagen más clara de las estructuras del corazón, ya que
las ondas sonoras no tienen que atravesar la piel, los músculos ni los
huesos. Aunque hay varios tipos de TEE, la bidimensional (2D) es la que
precede directamente a la nueva técnica en 3D. En el monitor, aparece
una imagen en forma de cono y se puede observar el movimiento en tiempo
real de las estructuras del corazón.
Para realizar una TEE, no se debe comer durante, al menos, las
cuatro horas anteriores. Si se está tomando medicación, hay que
consultar con el médico. Antes de empezar, se administra al paciente un
sedante y durante el tiempo que dura la exploración se le mantiene
monitorizado para controlar en todo momento su ritmo cardiaco. A
continuación, se coloca un tubo flexible en garganta que se introducirá
suavemente mientras el paciente hace el movimiento de tragar. Es el
momento más desagradable, y puede provocar náuseas. Una vez colocado,
el transductor del extremo emitirá las ondas sonoras y empezará a tomar
las imágenes del corazón.
La TEE se realiza en un espacio habilitado para el examen, o en
quirófano, y debe incluir un monitor para la medición
electrocardiográfica, de tensión arterial no invasiva y oximetría de
pulso, además de disponer de medicamentos de reanimación, un equipo de intubación endotraqueal, desfibrilador, toma de vacío y una fuente de oxígeno.
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