Las autoridades chinas se enfrentan a un tema de salud nacional amenazante. Un estudio realizado por el doctor Jia-Hai Lu, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Sun Yat-Sen, muestra que existe un brote de rabia en el sudeste del país que se ha propagado con rapidez durante los últimos siete años.
Las cuatro provincias más habitadas del país, Gizhou, Guanxi, Hunan
y Guangdong, son las que más casos han registrado desde comienzos del
milenio. En las regiones en las que la rabia se ha convertido en
endémica se han tomado medidas para controlar y reducir a los
portadores del virus, mayoritariamente perros, y se ha incrementado el
suministro de vacunas antirrábicas. No obstante, los datos de la
investigación publicada en 'BMC Infectious Diseases', apuntan a que los casos no han hecho más que crecer.
Desde 2002 hasta mediados de 2007, se contabilizaron un total de 13.437 casos, cifra alarmante si se tiene en cuenta que en la provincia más afectada, Guangdong, el 67,2% de los infectados no cura adecuadamente sus heridas
por las que se ha producido el contagio, el 92,5% no recibe vacuna tras
la exposición y un 91,25% no es tratado con inmunoglobulina antirrábica.
El número de los afectados no es el único foco de preocupación para
el autor del estudio, que llama la atención sobre la rápida expansión
de las infecciones contraídas. Las cifras, extraídas de la base de
datos del Ministerio de Sanidad del país, apuntan a que el gobierno ha
mantenido la enfermedad más o menos controlada de 1990 a 1996, fechas
entre las que que sólo fueron reportados 159 casos de rabia en humanos,
mientras que 10 años después ya se contabilizaron 3.279 diagnósticos
anuales.
Pacientes muy jóvenes
La rabia es una infección viral que se presenta en ciertos animales de sangre caliente.
El virus de la rabia entra en el cuerpo a través de un corte o arañazo
o a través de las membranas mucosas (como el epitelio de la boca y los
ojos) y viaja al sistema nervioso central.
Los primeros síntomas están caracterizados por fiebre, malestar general y estado de ansiedad.
A los pocos días, entre dos a 10 jornadas, aparecen signos neurológicos
que van desde hiperactividad a parálisis, con agitación, hidrofobia,
hiperventilación, hipersalivación y convulsiones.
El doctor Lu resalta el hecho de que la mayoría de los pacientes
detectados tengan un rango de edad que no supera los 20 años de edad.
"Las víctimas de la rabia más numerosas en nuestro país son niños y
adolescentes, quizás porque las mordeduras caninas son más frecuentes
en ellos que en adultos", señala el especialista chino. Además, el
director de la investigación indica que en los individuos de menor edad
es donde se multiplican los contactos asociados con el mayor riesgo de
desarrollar la enfermedad, es decir, tener las lesiones en la cabeza y en el cuello.
Para llegar a tales conclusiones el investigador chino ha revisado
los expedientes albergados por el departamento de sanidad nacional
entre los años 1990 y 2007. El grupo dirigido por Jia-Hai Lu ha
prestado especial atención a dos indicadores, la incidencia en las
distintas regiones y las muertes asociadas a la misma. En ese sentido,
el estudio recoge que "en casi todas las provincias de China, el índice
de mortalidad era idéntico o similar a la tasa de incidencia".
Ataque a los más desfavorecidos
Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 2.500
millones de personas de un centenar de países en vías de desarrollo,
entre ellos China, están en riesgo de contraer el virus de la rabia,
que ocupa el décimo puesto en mortalidad por enfermedades infecciosas. Durante los últimos 55 años, China ha declarado oficialmente tres epidemias provocadas por esta enfermedad.
El informe señala que las medidas profilácticas tomadas en el
pasado, como la reducción de la población canina, doméstica y salvaje,
no han prevenido la extensión de la rabia. Aunque las vacunas de
cultivos celulares, que se han desarrollado recientemente, proporcionan
un método seguro de prevención, muchos de los infectados en el registro
chino no hubiesen sobrevivido sin el suministro de inmunoglobulina
humana o equina. Sin embargo, el coste de ambos fármacos son demasiado
elevados para una adquisición suficiente.
Los retos, para el doctor Lu, pasan por ampliar los dispositivos de
prevención y contención de la enfermedad, ya que se trata a todas luces
de un método más eficaz y más económico. "Supervisar los casos de las
regiones endémicas en un programa control, mejorar la interacción entre
profesionales y la administración china para la erradicación del
problema y afianzar las medidas de salubridad en los animales" son las
primeras vías de actuación para hacer frente a una epidemia de rabia.
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