Fue, es y seguirá siendo motivo de debate, eje de conflictos entre
ideologías y visiones sobre los derechos vinculados a la salud
reproductiva. Mientras, la realidad avanza con su propia lógica, la de
los hechos: las consultas por la píldora anticonceptiva de emergencia
-la famosa pastilla del día después- se triplicaron en los últimos seis
meses, las ventas crecieron más de un 200% desde el 2004 y la demanda
en los centros y efectores de salud públicos se incrementó más de un
50%. La tendencia se repite en sanatorios y hospitales, en las ONG que
trabajan estos temas, en las farmacias. La demanda de la píldora
anticonceptiva de emergencia (PAE), una opción que la Ley de Salud
Sexual y Reproductiva pone al alcance de quien la demande, crece a
ritmo acelerado.
Los anticonceptivos de emergencia contienen, en general, diferentes
combinaciones de las drogas levonorgestrel y etinilestradiol. La dosis
hormonal supera entre 10 y 20 veces la de un anticonceptivo común. Se
presentan en forma de comprimidos e inyecciones y, en Argentina, ya hay
17 marcas comerciales con esas fórmulas, cuando en 2000 sólo había 2.En
el Centro Latinoamericano Salud Mujer (CELSAM) las consultas sobre la
anticoncepción de emergencia se triplicaron en su línea de teléfono
gratuita (0800-888-235726) en el último semestre. "Los llamados se
intensifican los lunes. La mayoría de ellos proviene de adolescentes",
dice la licenciada Andrea Gómez, psicóloga del CELSAM. Estadísticas del
mercado farmacéutico arrojan que las ventas de las PAE "siguen con un
claro y marcado aumento". El año pasado se vendieron 842.865 unidades,
y se estima que este año va a superar ampliamente el millón.
La
misma tendencia sobre la alta demanda se registró en el Programa de
Salud Sexual y Reproductiva. El pedido de este medicamento por parte de
los efectores de salud creció más de un 50% en el primer semestre del
año, en comparación a 2007. Sin embargo, muchas veces las pacientes se
van con las manos vacías porque, les informan, se han quedado sin
stock. "La píldora de emergencia es una herramienta que no puede dejar
de estar incluida en un Programa de Salud Sexual. A quienes trabajamos
en el área de la salud nos permite ofrecer una solución frente a
situaciones especiales como es la ruptura de un preservativo, el olvido
de la toma de una pastilla anticonceptiva o una violación. Negarles a
las personas, principalmente a las adolescentes (que son la población
más vulnerable), el acceso a las mismas es atentar contra sus derechos
sexuales y reproductivo", subraya la doctora Karina Iza, ginecóloga del
CELSAM.
A partir de la difusión de casos de mujeres que las
toman como método anticonceptivo, los expertos subrayan: "Se trata de
un método que sólo debe utilizarse en casos de emergencia y no de
manera continua: es sólo para rescatar una situación de riesgo. Se
sugiere la elección de un método seguro, como las pastillas de uso
regular y/o el preservativo, que son métodos que aportan mayor eficacia
anticonceptiva", dice Iza, preocupada por los "mensajes" que surgen de
las estadísticas de CELSAM: dos de los principales llamados que reciben
es para saber "cuál es la eficacia para prevenir un embarazo" y si "la
pueden tomar más de una vez al mes".La mayoría de los que llaman tienen
entre 17 y 25 años. Y cada vez lo hacen más varones. "Muchas consultas
son porque han tenido un accidente con el preservativo, que se rompió o
se quedó dentro de la vagina". La píldora suele ser bien tolerada, pero
en algunos casos puede haber náuseas y también distensión abdominal.
Respecto
al debate sobre si es o no abortiva, la ginecóloga Alicia Figueroa
enfatiza: "Prohibir su utilización es una falta a la verdad, ya que los
últimos trabajos de investigación señalan que el mecanismo de acción es
impedir la unión del óvulo con el espermatozoide: es decir, es un
anticonceptivo y no un método abortivo".
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