Unas 247 millones de personas sufrían de malaria en 2006 y de ellas 881.000 fallecieron, según los datos revelados hoy por la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre una enfermedad considerada "asesina de niños".
El informe destaca que los niños "son las víctimas mortales en el 85
por ciento de los casos" y que el continente africano soporta el 91 por
ciento de la carga de mortalidad. Sin embargo, como aspecto
positivo, el texto subrayó que se han registrado progresos en África,
donde tres países han reducido en la mitad o más las muertes por esa
enfermedad. El resto de muertes se registró sobre todo en India y
Sudán, según el Informe Mundial sobre la Malaria 2008 elaborado por el
organismo sanitario. Su directora general, Margaret Chan, recalcó
en conferencia de prensa que la malaria puede matar "en 24 horas" y que
es necesario poner al alcance de la población en alto riesgo los
tratamientos más efectivos existentes. No obstante, destacó que
"el informe muestra progresos y esto ocurre luego de varias décadas de
retrocesos" y agregó que varios países han lanzado iniciativas
nacionales contra la malaria en los dos últimos años, pero su impacto
no ha podido medirse para el informe presentado hoy. Brasil y Colombia figuran en el documento entre los treinta países con alta incidencia de malaria. En
el primero se estima que hubo 1,4 millones de casos en 2006, con una
concentración de casos en la región amazónica, donde "del 10 al 15 por
ciento de la población está en riesgo". Colombia tenía 408.000
casos en 2006 y se considera que un cuarto de la población está en
riesgo de contraer la enfermedad, aunque el número de enfermos ha ido
cayendo desde 2001. En ambos países sudamericanos, casi todos los casos reportados han sido confirmados. La
buena noticia es que por primera vez tres países africanos -Eritrea,
Ruanda y Santo Tomé y Príncipe- lograron reducir de manera espectacular
las muertes por malaria. Los científicos de la OMS indican que en
esos tres países la mortalidad causada por la malaria ha bajado el 50
por ciento o más gracias a una combinación de medidas: la distribución
de mosquiteras, la fumigación de interiores, la mejora del acceso al
tratamiento y la vigilancia de la enfermedad. El jefe del área de
salud del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Peter
Salama, recordó que la malaria es causante de una de cada diez muertes
infantiles en el mundo y de una de cada cinco en África subsahariana. Por
su parte, la directora ejecutiva del programa internacional contra la
malaria ("Roll Back Malaria"), Awa Coll-Seck, saludó la financiación
sin precedentes para reducir y eliminar esa enfermedad, que el año
pasado alcanzó los 1.500 millones de dólares. Sostuvo que esa cifra ha ido aumentando "y esperamos que para finales de 2008 alcancemos los 2.000 millones de dólares". La
mayor utilización de mosquiteras tratadas con insecticidas ha
contribuido en gran medida a avanzar en la lucha contra la malaria y se
calcula que en todo África el 39 por ciento de la población usa ese
método de protección. Igualmente, se ha incrementado mucho el uso
de mosquiteras tratadas a largo plazo, que son efectivas durante tres
años y que representaron el 70 por ciento de las 36 millones de
unidades distribuidas en 2006. No obstante, el informe recalca
que "queda mucho por hacer", pues se calcula que sólo 125 millones de
personas en África utilizan una mosquitera, a pesar de que hay 650
millones están en riesgo. Por otra parte, la OMS señala que la adquisición de medicamentos contra la malaria también ha aumentado significativamente. El
38 por ciento de niños africanos menores de cinco años con fiebre
recibieron algún fármaco anti-malaria en 2006, pero sólo el 3 por
ciento tuvo acceso al tratamiento recomendado, basado en la artemisina
(una planta oriunda de China). Asimismo, en 16 países africanos
el 18 por ciento de mujeres embarazadas recibió un tratamiento
preventivo para la malaria y reducir el riesgo de bebés con bajo peso
al nacer. Mientras tanto, cien millones de personas -22 millones
en África y 70 millones en India- se vieron protegidas por la
fumigación de interiores con insecticidas.
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