Se trata de Bogotá, Pasto, Medellín, Bucaramanga, Tunja, Armenia,
Pereira, Manizales, Cali, Ibagué y Popayán que están ubicadas a más de
1000 metros. La
Unidad Técnica de Ozono (UTO), del Ministerio del Medio Ambiente,
alertó que los niveles de este gas presente en la estratosfera -y que
protege a los seres humanos de los rayos ultravioleta (UV) que emite el
sol- es más escaso en estas regiones, la mayoría de ellas del interior
del país.
Esto expone a las personas a sufrir cáncer
en la piel, cataratas (pérdida de la visión) y también afecta su
sistema inmunológico, que le permite al cuerpo defenderse de
enfermedades o infecciones.
La insuficiencia del gas protector en
estas zonas urbanas nacionales no es debido al agujero habitual que
muestra la capa de ozono en la Antártida o en regiones australes de
Chile o Australia, y que se ha originado por el uso continuo de
aerosoles. La falta de ozono suficiente es un hecho natural que en el
caso de Colombia tiene una explicación geográfica.
Entre más alta esté situada una ciudad
(Ipiales o Bogotá), los rayos ultravioleta del sol se enfrentan a una
reducida acumulación de ozono, porque deben recorrer una distancia
menor antes de afectar al individuo. Si la urbe está más abajo o sobre
el nivel del mar (Barranquilla o Cartagena), hay más ozono acumulado
entre el sol, la estratosfera y el suelo, y como el rayo debe recorrer
una mayor distancia es menos maligno.
El Atlas de Radiación Solar en Colombia,
elaborado por la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME), del
ministerio de Minas y Energía, delimita con exactitud los sitios con
mayores riesgos. Son el centro y el sur del país, donde están Medellín,
Tunja, Bogotá, Manizales, Armenia, Pereira, Ibagué, Cali, Popayán,
Pasto y Bucaramanga.
En esta zona, el promedio multianual de
ozono varía entre las 253 y 255 unidades dobson, casi 30 unidades menos
del promedio normal que oscila entre las 280 y 300 unidades. El riesgo
aumenta porque además de que la zona tiene menos ozono del que debería,
los índices de radiación ultravioleta (UV), producto de la ubicación
del país en la zona ecuatorial, se sostienen durante todo el año entre
9 y 14, considerado como un nivel alto y de mucho riesgo por la
Organización Mundial de la Salud.
En pocas palabras, en estas zonas los
rayos del sol son más intensos, a lo que se suma que tienen menos
resistencia de ozono cuando bajan desde la estratosfera (entre 11 y 50
kilómetros de altura desde la superficie) hacia las zonas pobladas,
principalmente entre las 10 de la mañana y las 2 de la tarde. Es en ese
lapso del día, en especial en aquellos momentos en los que el cielo no
tiene nubes, cuando los rayos UV producen las mayores lesiones.
Estos datos coinciden con un aumento del 5
por ciento en la incidencia del cáncer de piel en el país, según el
Instituto Nacional de Cancerología.
La baja de ozono se hace más evidente
entre noviembre y marzo, cuando las unidades dobson disminuyen hasta
las 240 y 250 unidades, 30 puntos menos del promedio nacional. La UPME
ha explicado que es normal que los niveles del gas cambien a lo largo
del año. Pero como varían entre un 5 y un 33 por ciento más de lo
habitual, esto sería un indicativo de que la capa que cubre al país sí
ha sufrido daños, principalmente por el uso de aerosoles y
clorofluorocarbonados (CFC), utilizados, por lo general, en los
refrigerantes, que lanzan a la atmósfera sustancias como bromo y cloro
que no se desintegran, pero que sí la agotan.
Durante el Día Internacional de la Capa de
Ozono celebrado el martes, el Ministerio de Medio Ambiente les reiteró
a los comercializadores de CFC que tienen hasta el 31 de diciembre del
2009 para eliminar su consumo, compromiso que fue establecido en el
Protocolo de Montreal suscrito en 1987.
Enfermedad silenciosa
De acuerdo la OMS, cada año se registran, en promedio, de 2 a 3
millones de nuevos casos de cáncer no melanoma y 130.000 de cáncer
melanocítico; este último, que es el más agresivo y de diagnóstico
tardío, es el responsable del 79 por ciento de las muertes causadas por
la enfermedad en general.
Solo en Colombia se reportaron, de acuerdo con el Instituto Nacional
de Cancerología, 950 casos de cáncer de piel durante el 2006.
Existen múltiples factores de riesgo para el desarrollo de este
cáncer, que es el más frecuente de todos; entre ellos se cuentan los
antecedentes familiares, la presencia en la piel de un gran número de
lunares (más de 50), el padecimiento de quemaduras solares con ampollas
en la infancia y tener piel blanca y ojos claros; no obstante, uno de
los principales es la exposición excesiva (y sin protección) a la
radiación ultravioleta del sol.
Estas radiaciones son capaces de producir mutaciones en el material
genético (ADN) de las células que componen la epidermis (capa más
superficial de la piel) e impedir su reparación, iniciándose así el
proceso de la carcinogénesis o formación de un cáncer.
Esta enfermedad, en todas sus modalidades y en etapas iniciales, es
silenciosa, no presenta síntomas y puede confundirse con procesos
presuntamente inflamatorios o simples manchas. El crecimiento de estos
cánceres es muy rápido.
* Fuente: César Augusto Alarcón, dermatólogo
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