Las personas con enfermedades cardiovasculares presentan a menudo alteraciones en el endotelio vascular que se reflejan en la disminución de la capacidad que tienen los vasos para dilatarse ante un aumento del flujo sanguíneo. Un pequeño estudio elaborado en Hong Kong muestra cómo las isoflavonas, presentes en la soja y otros alimentos, pueden ayudar a estos pacientes a recuperar la elasticidad de sus arterias y reducir así el riesgo de recaída.
La dilatación mediada por el flujo es una respuesta fisiológica de
las arterias ante el incremento repentino del volumen de sangre que
viaja por ellas. Esta reacción, que depende del endotelio �la capa que
recubre la luz del vaso-, está comprometida en pacientes con enfermedad
establecida de las coronarias o con factores de riesgo tradicionales.
Su alteración, que se considera patológica cuando la distensión es
inferior al 3,7%, predice complicaciones futuras.
Los 102 participantes del trabajo desarrollado por científicos de la
Universidad de Hong Kong habían sufrido uno o varios ictus y recibían
tratamiento para evitar recaídas. Durante 12 semanas, la mitad recibió una dosis diaria de 80 mg de isoflavona y los restantes un placebo.
Plantas como la soja contienen isoflavona, una sustancia con propiedades similares a los estrógenos a
la que se le atribuyen extraordinarias propiedades, entre otras,
beneficios cardiovasculares, aunque "ningún estudio ha demostrado
todavía su acción en pacientes con aterosclerosis y disfunción
endotelial", según el trabajo publicado en 'European Heart Journal'.
Los resultados obtenidos por Hung-Fat Tse, profesor de cardiología, y
su equipo parecen esperanzadores.
Buena para el endotelio de los vasos
Para evaluar el efecto de la isoflavona, se midió la dilatación
mediada por el flujo (DMF) antes y después de los tres meses de
tratamiento. El proceso es simple: se aplica en el brazo un torniquete
con un brazalete hinchable (como el que se usa para tomar la tensión)
hasta que se corta la circulación en la arteria braquial. Al
deshincharlo, se reestablece el flujo sanguíneo pero con un volumen
mayor del normal y es entonces cuando, gracias a una ecografía, se
evalúa la dilatación vascular.
La función endotelial de los pacientes tratados con el fitoestrógeno
mejoró significativamente. Su DMF aumentó una media de un 1%, un
"pequeño" avance pero, sin embargo, muy importante en los participantes
con una alteración más severa, para los que supone una mejora de hasta el 50% en su capacidad de dilatación, según apunta Tse. Un resultado "importante" al producirse en las personas con mayor riesgo.
Otros de los que salieron especialmente beneficiados fueron los
fumadores, una observación coherente con la hipótesis de trabajo, ya
que el tabaco daña el endotelio vascular. Por el contrario, los diabéticos no experimentaron mejorías llamativas.
Los niveles de proteína C reactiva, un factor predictivo
independiente de la enfermedad cardiovascular, disminuyeron tras las 12
semanas de intervención, lo que sugiere que "la isoflavona, además,
alivia la inflamación vascular".
"Estos resultados podrían tener importantes repercusiones en el uso de isoflavona como
medida de prevención secundaria en personas con enfermedad
cardiovascular", escriben los autores. Otro dato positivo es que la
presencia de una DMF alterada disminuyó notablemente en el grupo de los
tratados respecto a los que tomaron placebo, con un 58% y un 79%,
respectivamente.
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