La intervención quirúrgica llamada by-pass gástrico, que le permitió a Diego Maradona rebajar 50 kilos en siete meses, podrá realizarse en 2006 en el Hospital de Clínicas. Actualmente la cirugía de estómago o bariátrica que apunta a reducir la masa corporal, sólo se practica en nosocomios privados. Se sabe que no es para todo tipo de pacientes, aconsejándose sólo para casos en que la obesidad trae aparejados riesgos de vida. Un estudio recientemente publicado advierte de la importancia de la selección del paciente, la experiencia del cirujano y afirma que los riesgos de muerte temprana --luego de la intervención-- aumentan en el caso de los hombres y en pacientes mayores de 65 años.
El by-pass gástrico laparoscópico --que se realiza a través de una cámara y un endoscopio-- hace once años que se practica en el mundo, y cinco en Uruguay. En el país, desde 1990 se aplica la laparoscopía --una técnica con menor agresión que la cirugía convencional-- para cirugías de vesícula, apéndice y bazo, mientras que a partir de 2000 se utiliza en las intervenciones bariátricas. En el mundo el primer by-pass gástrico laparoscópico fue realizado en 1994 por el doctor Allan Wittgrove, en San Diego; y en el mismo año el doctor Dimitri Belachew, en Bélgica, practicó el primer Banding Gástrico Laparoscópico --otra cirugía que apunta a reducir la masa corporal--, según recordó el doctor Héctor Geninazzi, único cirujano que practica el by-pass gástrico en Uruguay.
No obstante, un reciente estudio realizado por la aseguradora estadounidense Medicare ratifica los riesgos de este tipo de intervención, enfatizando la importancia de la selección del paciente, la experiencia del cirujano, y alertando que el riesgo es mayor en los hombres y en personas de más de 65 años.
El estudio realizado por la aseguradora de salud Medicare y avalado por la Universidad de Washington, en Estados Unidos, despertó la atención de los medios masivos, investigadores y público en general, ya que los pacientes que se realizan la cirugía de estómago incurren en "el riesgo de una muerte temprana luego de la intervención". El estudio tomó en cuenta 16.155 pacientes que se operaron entre 1997 y 2002, con una edad promedio de 48 años. "El 2% de estos pacientes falleció al mes de la operación.
Cerca de un 3% murió tres meses después y cerca de un 5% al año. Se observó que el riesgo es mayor en los hombres y mucho más elevado en los pacientes mayores de 65 años", aunque en el propio informe se señalan algunas de sus "limitaciones", como ser el desconocimiento de los procedimientos aplicados en las cirugías --ya sea laparoscopía o laparotomía--. Se reconoce hoy que la laparoscopía tiene menor riesgo de muerte temprana que otros procedimientos quirúrgicos, lo que aumenta el porcentaje de riesgo en los resultados finales de la investigación.
El cirujano Héctor Geninazzi, presidente de la Asociación Latinoamericana de Cirujanos Endoscopistas, ex profesor adjunto de Cirugía y miembro del directorio de la Sociedad Internacional de cirugía endoscópica- dijo a LA REPUBLICA que en la investigación realizada por Medicare, se nota la "ausencia" de varios datos importantes. "El estudio incluye el análisis de grupos quirúrgicos con diferentes experiencias, 16.000 pacientes; no se discrimina los grados de obesidad ni tampoco la gravedad de las enfermedades asociadas a la obesidad ni el tiempo de evolución de las mismas. Se mezcla además una variedad de técnicas quirúrgicas -laparoscópica y abierta-. Por otro lado los resultados no son nuevos". La realidad local En Uruguay, de acuerdo a lo que manifestó el doctor y profesor grado 4 del Hospital de Clínicas, Raul Pizabarro, se han realizado cerca de 20 intervenciones en las instituciones privadas, Hospital Italiano y Casmu, y en el ámbito público, en el Hospital de Salto. Pizabarro marcó cuáles son los riesgos que afronta un paciente al momento de decidir por el by-pass gástrico. "La operación en sí misma significa los mismos riesgos que cualquier otra cirugía. Los riesgos están durante el período preoperatorio y en el posoperatorio. En el pre-operatorio, porque se debe realizar una selección correcta del paciente, de acuerdo con un análisis psicológico que demuestre que puede ser sometido a esta intervención y que sabrá llevar con responsabilidad la dieta alimentaria que se le indique. Aquí ya entramos al campo del posoperatorio, dado que el riesgo aparece si el paciente no come lo que tiene que comer. Debe cumplir un programa de alimentación estricto. Por ejemplo, si lo incumple, la ausencia del nutriente potasio puede provocarle al paciente un paro cardíaco. Además, deberá complementar su dieta diaria con suplementos alimenticios y realizar ejercicios físicos".
Consultado Pizabarro sobre los resultados de este tipo de intervención a corto y largo plazo manifestó: "En general han salido con éxito, salvo por pequeñas complicaciones. Los pacientes cambian positivamente en sus estados de ánimo, mejoran los parámetros metabólicos, y disminuyen los fármacos. Habría que realizar un estudio psicológico a largo plazo". Es de esperar, luego de realizar el by-pass gástrico, que a los siete días los pacientes retornen a sus hogares si no surgen complicaciones.
En testimonio brindado a LA REPUBLICA, un paciente asegura que siete meses después de la intervención la comida pasó a ser algo secundario en su vida. "Llegué a pesar 146 kg y actualmente peso 93 kg.". Al poder satisfacer su apetito con menor consumo de alimentos, la persona intervenida comenzó adelgazando entre 6 a 8 kg por mes, hasta llegar a los 93 kg.
La enfermedad es más riesgosa que la cirugía
Héctor Geninazzi explicó en qué casos y circunstancias es conveniente realizar el by-pass gástrico: "Se aplica cuando el paciente no tiene otra alternativa terapéutica; es una cirugía compleja y riesgosa, aunque los riesgos de la enfermedad son mayores que los riesgos de la cirugía. La intervención quirúrgica asegura que una vez que adelgaza, el individuo se mantiene en su peso, en cambio los otros procedimientos no lo mantienen. Entre los procedimientos más aplicados, se cuenta el bandeogástrico y el by-pass gástrico. El primero tiene menor riesgo quirúrgico, pero incorpora un cuerpo extraño que puede rechazarse y requiere controles periódicos más estrictos. Es un procedimiento reversible, se puede retirar. En cambio el by-pass es una intervención más riesgosa, pero con un resultado más eficaz en el largo plazo; y requiere menores controles. Aunque es necesario reponer algunos minerales y vitaminas de por vida para evitar carencias nutricionales".
A la vez, Geninazzi destacó que "con el gasto que realiza un paciente obeso durante dos años, se cubre el costo de la cirugía bariátrica". La intervención en América Latina tiene un valor de 10.000 dólares, mientras que en Estados Unidos oscila entre los 20 y 25.000 dólares.
Cuando la obesidad complica
En todo el mundo la obesidad afecta a millones de individuos. Esta enfermedad se asocia a diabetes, trastornos del corazón, presión arterial alta, algunos tipos de cáncer y otros problemas médicos. La obesidad mórbida es el término médico aplicado a la obesidad extrema o severa. La bariatría es un campo de la medicina especializado en el tratamiento de esta enfermedad. La cirugía bariátrica es una subespecialidad quirúrgica en la que se llevan a cabo operaciones para tratar la obesidad mórbida.
En la actualidad se dispone de un medio estándar para definir el sobrepeso, la obesidad y la obesidad mórbida. Partiendo de la estatura y el peso de un individuo, se calcula el Índice de Masa Corporal (IMC). El peso en kilogramos se divide por la estatura (en metros) al cuadrado. Un IMC de 25 o superior se considera sobrepeso, 30 o más se valora como obesidad y 40 o superior, obesidad mórbida.
La endocrinóloga grado 5,Cristina Belzarena, también dijo a LA REPUBLICA que las dos cirugías bariátricas más utilizadas en el país, que "buscan reducir la capacidad gástrica y la disminución en la absorción de los alimentos" son la bandeogástrica y el by-pass gástrico. La primera consiste en "colocar una banda de silicona, como un cinturón, que se puede extraer". La especialista citó como un riesgo la eventual posibilidad de que se corra la banda. La segunda cirugía, implica por su parte la creación de un nuevo estómago y la desviación del bolo alimenticio del duodeno, donde se produce la absorción de las calorías y nutrientes.
Los cirujanos bariátricos utilizan diferentes tipos de operación. Todos ellos reducen el tamaño del estómago. En la figura se representa un ejemplo: la derivación (o bypass) gástrica en Y de Roux -llamada así en honor al cirujano suizo Cesar Roux-. Una persona que se ha sometido a una de estas operaciones come cantidades mucho menores porque, al ser su estómago mucho más pequeño, no puede contener tantos alimentos sólidos como antes.
El doctor Ernesto Irrazábal, profesor adjunto en Endocrinología, Director del Consultorio Médico Nutricional de Obesidad, agregó al respecto que después de la intervención los "hábitos alimentarios cambian en forma importante, el paciente se encuentra en una nueva situación, con una capacidad gástrica reducida, con una saciedad más temprana, pudiendo consumir volúmenes menores de alimentos. Pero sobre todo hay que remarcar que cambian los hábitos de vida, al comenzar a perder peso corporal".
Consultado Irrazábal respecto a los riesgos de la operación, manifestó que "son los de todo acto anestésico quirúrgico en un paciente que por su condición de obeso severo seguramente asocia patologías serias. Los beneficios de un descenso importante y sostenido de peso van mucho más allá de la disminución de los riesgos metabólicos, cardiovasculares o respiratorios. La mejora en la calidad de vida es significativa, luego de años de limitaciones por su condición de obeso severo". |