Cirugía poco invasiva está en auge |
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miércoles, 07 de junio de 2006 |
Las intervenciones sin apenas incisiones han reemplazado ya a las
operaciones tradicionales para tratar patologías sencillas. La cirugía
de la vesícula biliar y la del reflujo gastroesofágico son dos de las
más frecuentes. Las técnicas de mínima invasión reducen las lesiones,
el tiempo de recuperación y el gasto.
El abordaje quirúrgico ha experimentado un cambio revolucionario en los últimos 20 años. Antes se abría el abdomen para extirpar la vesícula o el tórax para tratar un infarto, pero hoy sólo se realizan pequeñas incisiones para estas y otras intervenciones quirúrgicas. La cirugía de mínima invasión (CMI) se practica ya en todas las especialidades quirúrgicas, está ampliamente aceptada por los cirujanos y ha sustituido a la cirugía tradicional en las intervenciones sencillas, aunque todavía es controvertida en las indicaciones complejas o avanzadas. Los pocos estudios comparativos entre ambas cirugías, la actitud del cirujano ante la formación, así como los escasos centros de entrenamiento existentes dificultan el consenso médico.
El 89 % de las colelitiasis (extirpación de piedras de la vesícula), el 80% de la cirugía del reflujo gastroesofágico y el 54% de las pancreatitis agudas no complicadas se realizan con cirugía laparoscópica, según una encuesta nacional de la Asociación Española de Cirujanos, publicada en la revista Digestive Surgery en 2004. Esta encuesta, en la que participaron 855 cirujanos, revela que casi la mitad de los encuestados opina que la CMI ofrece mejores resultados que la cirugía abierta, y que es el tratamiento de elección en obesidad mórbida (67%) o en abdomen agudo (66%).
La encuesta muestra también que el 95% de los cirujanos realizan operaciones básicas de laparoscopia pero sólo uno de cada cuatro realiza cirugía laparoscópica avanzada (tiroides, extirpación del páncreas). Entre las razones que aducen para no usarla están la falta de pacientes (35%), las objeciones del hospital (33%) o que no ofrece ventajas sobre la cirugía tradicional (13%).
"Con la cirugía de mínima invasión se realiza el mismo acto quirúrgico que en la convencional pero sin grandes incisiones utilizando diferentes procedimientos quirúrgicos. Tiene la ventaja de que es menos agresiva para el paciente, permite una recuperación más rápida y reduce los gastos hospitalarios", explica Jesús Usón, director científico del Centro de Cirugía de Mínima Invasión de Cáceres.
Además de la laparoscopia (en la que se realizan unas pequeñas incisiones en el cuerpo y se introduce una óptica que transmite las imágenes al monitor), la CMI engloba las intervenciones realizadas con endoscopia (misma técnica que la laparoscopia pero a través de los orificios naturales del cuerpo), radiología intervencionista denominada ahora diagnóstico y terapéutica endoluminal (se introducen unas guías hasta el interior de los vasos sanguíneos y con las diferentes técnicas de imagen se diagnostican o tratan distintas patologías), o microcirugía (con lupa o microscopio).
Entre los avances en el campo de la oftalmología destacan los conseguidos en las operaciones de cataratas o el tratamiento del queratocono (adelgazamiento y protrusión de la córnea que le da forma de cono) para evitar el trasplante de córnea. Desde hace unos años se insertan anillos intracorneales, unos implantes muy finos que se colocan dentro de la córnea, la aplanan y la refuerzan para que no siga desplazándose. Uno de los últimos avances en esta patología es el entrecruzamiento de las fibras de colágeno (cross-linking en inglés) para endurecer la córnea, según explica Luis Cadarso, jefe de Oftalmología del hospital de Meixoeiro de Vigo (Pontevedra).
La cirugía bariátrica, un tipo de intervenciones que reducen el estómago o el estómago y parte del intestino en los pacientes con obesidad mórbida, ha aumentado notablemente en los últimos años gracias a los avances en CMI. "Hace unos años era impensable operar a un paciente que pesara 200 kilos produciéndole cinco incisiones de un centímetro", dice José Luis de la Cruz, jefe de servicio de Cirugía del hospital San Francisco de León, que realiza este tipo de intervenciones desde 1991.
Para operar con estas técnicas los cirujanos tienen que aprender a operar de nuevo, ya sea bajo la tutela de cirujanos expertos o en centros especializados. En el CCMI, según el director del área quirúrgica, Francisco Sánchez Margallo, se sigue un modelo de formación piramidal en cuatro fases: conocimiento del equipo quirúrgico, trabajo con animales de experimentación, aprendizaje con operaciones en directo y primeras intervenciones con tutor.
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