En un interesante artículo que nos enviara el Dr. Antonio Turnes, la historia del CASMU,
como organismo adscripto del SMU ha cumplido su ciclo. Debe enfrentar ahora un nuevo
período, si quiere sobrevivir, adaptándose a circunstancias institucionales y externas
diferentes. Dejando de lado mitos e idealizaciones que no se compadecen con la cruda
realidad. Transcribimos a continuación la primera parte del informe titulada "La situación actual y sus causas"
- La organización actual estuvo justificada en las circunstancias históricas de
1935, evolucionó hasta 1975, en que fue intervenida toda la persona jurídica por la
Dictadura. No le fue posible a ésta realizar la separación de la persona jurídica,
porque era tarea compleja y se planteó, en realidad, cuando la Dictadura ya estaba viendo
su final cercano.
- Existen previsiones
en el Estatuto del SMU acerca de lo que sucedería en caso de disolución, quiebra o
cierre del CASMU con sus bienes: pasarían al MSP, o a la entidad que prestara servicios
de salud. Debe recordarse lo preceptuado por el Artículo 64: “En ningún caso podrá el Patrimonio del Sindicato
destinarse a otros fines que los establecidos en los Estatutos, salvo en caso de peligro
nacional o calamidades públicas. A) Los bienes del SMU afectados al cumplimiento de fines
asistenciales, que cumpla por intermedio del Centro de Asistencia, en caso de disolución
de este Centro, pasarán a instituciones públicas destinadas a la asistencia de la
población, documentándose aquellas condiciones que aseguren la prosecución de los fines
por los cuales fue creado. B) Siendo el Centro
de Asistencia, por disposición de sus Bases Fundamentales, un organismo del SMU pero no
de cada uno de sus integrantes, ningún socio – sea o no técnico del CASMU – podrá
considerarse con derechos sobre los bienes afectados al cumplimiento de fines
asistenciales.”
- Desde el año 1985 en
adelante, hasta el 2002, el CASMU ha actuado
como un gran paño absorbente de lágrimas para el personal no médico de la salud. Ante
el cierre de diferentes organizaciones asistenciales fue absorbiendo personal no médico:
casos de MIDU, Empleados Civiles, CIMA-España. Sin embargo, para los médicos no ocurrió
lo mismo. Los médicos fueron quedando afuera y la caridad bien entendida no comenzó por
casa.
- Cuando en 1985 las
autoridades legítimas reanudaron su tarea de conducción, habilitaron la reincorporación
de personal destituido, sin producir egresos de los tomados por la Intervención.
- El crecimiento de la
matrícula social del CASMU se mantuvo incambiada, mientras que el personal no médico
continuó creciendo. El número de cargos médicos permaneció invariable. Incluso los
ingresos masivos de médicos producidos a partir de 1986, unos 1.500, en 1992 fueron
puestos en “licencia administativa” unos 750, los que todavía realizan hoy, 15 años
después, gestiones por volver a su puesto.
- La relación abonados
por funcionario, pasaron de 250.000:1.500 a 240.000:7.000. Comparando con las demás
instituciones de Montevideo y del Interior, y especialmente las Cooperativas Médicas
organizadas por la profesión médica en cada lugar, la supera ampliamente. Pueden verificarse estas cifras y realizar la
relación. Maldonado: 70.000 afiliados y 600 funcionarios médicos y no médicos. AE1SM:
200.000 afiliados y 2.300 funcionarios. Estas
cifras pueden verificarse y confrontarse con la información oficial del SINADI, que sin
embargo los teóricos de la reforma no exponen.
- Los salarios de los
funcionarios no médicos estuvieron desde hace más de 20 años, un 30% por encima de lo
dispuesto por los Laudos.
- Para los médicos el
tratamiento ha sido diferente. No sólo no le pagan el Laudo, sino que los han desafectado
del servicio, sin indemnización ni derecho a reclamo alguno.
- La
SEPARACIÓN DE LA PERSONA JURÍDICA es
indispensable para salvar las DOS INSTITUCIONES. De mantenerse unidas, lejos de ser un
seguro para la subsistencia, será la condena de muerte para ambas.
- La
situación actual con las autoridades del MSP y la JUNASA, con amplia influencia de los
funcionarios no médicos, está incidiendo negativamente para la supervivencia de esta
situación. Los antecedentes cercanos de intervención de instituciones mutuales para
asegurar su supervivencia (Casa de Galicia, IMPASA) ha sido posible porque no se
encontraban ligadas a ninguna otra persona jurídica.
- Dichas
intervenciones fueron realizadas para asegurar la supervivencia, prolijar las deudas, y
buscar aporte de fondos externos, reducir los egresos por costos fijos incluyendo salarios
de técnicos y no técnicos, o la asociación de otras instituciones que aportaran nuevo
modelo de gestión y viabilizaran la institución. En esas instituciones, la actitud de la
FUS fue totalmente diferente a la que se mantiene con el CASMU y el SMU.
- La FUS ha
sostenido, desde hace muchos años, que la causa del
deterioro de las instituciones IAMC en su estructura de costos, está determinada por los
salarios médicos, y especialmente los anestésico-quirúrgicos. Esta información no ha
sido demostrada en el plano numérico y sólo ha buscado objetivos políticos de
enfrentamiento y fraccionamiento de los grupos profesionales, con la consecuencia de la fragmentación de los
médicos “cooperativistas”.
- En la
situación actual, los médicos del CASMU no tienen la menor idea de que son “cooperativistas”.
No tienen sentido de pertenencia, ni hacen ningún esfuerzo por defender su fuente
laboral, más allá de percibir sus salarios con progresivo retraso. Y el resto de los
médicos socios del SMU (11.000 sobre 2.700 técnicos del CASMU) es generalmente de
desconocimiento de la realidad, incomprensión o tal vez indiferencia.
- No parece
sensato ni conveniente continuar en esta situación, porque tanto las circunstancias
internas como las externas hacen inviable este modelo institucional.
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