Ambas instituciones han jugado un papel importante en la modificación de
la realidad sanitaria nacional, poniendo en evidencia, por efecto de
demostración, cómo la profesión podía organizar servicios que en su tiempo
fueron superiores ampliamente, en cantidad y calidad, a los de las demás organizaciones
del ambiente. Los procedimientos seguidos durante las primeras décadas, de
organizar una prestación del mejor nivel, a precios diferenciados [superiores]
de las demás entidades, con un cuerpo técnico de prestigio y solvencia
académica, seleccionado mediante concurso, al igual que sus funcionarios de
enfermería, administrativos, etc., influyó notablemente en la organización de
los diferentes colectivos de trabajadores. Hoy esos mismos grupos de trabajadores se enfrentan a la Dirección de la Institución, invitando a la Junta Directiva del CASMU a renunciar e irse por la puerta de atrás antes de que los trabajadores los saquen a patadas por la puerta de adelante ...
El CASMU fue la primera institución
que tuvo Profesores de la Facultad de Medicina, o futuros profesores, entre sus
cuadros técnicos. Fue el primero en incorporar la Enfermería Profesional,
cuando los demás utilizaban a los clásicos enfermeros gallegos. Los
procedimientos quirúrgicos en toda su amplitud fueron mucho más avanzados que
los que se practicaban en las demás entidades, que apenas operaban apendicitis,
hernias, várices y alguna colecistectomía. Realizaban los partos a domicilio
con partera, y las cesáreas le eran ajenas.
Esto fue así hasta mediados de la
década del 1950, cuando algunas instituciones se dieron cuenta que debían dejar
de lado a los mediocres y ponerse a tono con quien llevaba el liderazgo. Esa
fue una contribución principal.
También lo fue, desde el punto de vista
edilicio, tener construcciones planeadas para hospital, y no viejas mansiones
adaptadas, que era la
generalidad.
No vamos
a extendernos sobre la influencia que tuvieron el SMU y el CASMU en la
generación de los Sindicatos Médicos locales en todo el interior del País, y en
la generación de las Cooperativas Médicas que hoy integran el sistema FEMI.
Todas esas organizaciones nacieron por
inspiración en aquellas, aunque adaptándose y modificándose permanentemente.
Ahí podemos encontrar uno de los principales puntos diferenciales en su
organización, forma jurídica y resultados.
Pero esos objetivos, ya cumplidos ampliamente, no responden a la
realidad actual. Ese conjunto de objetivos fue logrado. La transformación fue
verificada.
Ahora estamos en otro estadio. Pero no hemos sido capaces de
adecuarnos a la nueva realidad. Seguimos atados a las glorias del pasado, que
proclamamos, pero que no respetamos. Con unas BBFF obsoletas, que nada tienen
que ver con la realidad actual. Y que lejos de ser un instituto que promueve la
dignidad del médico, está en los hechos procediendo en dirección contraria. Es
el “síndrome de Maracaná”.
Actualmente, el CASMU, y por ende el SMU, están siendo rehenes de la actuación
política, de los intereses gremiales de los funcionarios no médicos, y en
general, de la demagogia gubernamental, que pretende sacar adelante un SNIS
“puro verso”, con gestos autoritarios, mientras en la otra vereda, sus
apoyaturas gremiales, procuran instalar una dinámica de “patota sindical” para
ensombrecer el panorama.
Que transforman una propuesta de Sistema Nacional
Integrado de Salud, que fue bandera principal de la profesión médica, en una
chapucería, llevada adelante por fundamentalistas no islámicos, con
aspiraciones políticas, y con perturbaciones psíquicas evidentes para cualquier
observador. Sin duda dichos actores pueden generar mucho daño, si no se
apartan. Beneficio, ninguno. Habrá teóricos que luego vengan a explicar por qué
fracasaron. Pero será tarde. Demasiado tarde.
En declaraciones a El
Observador, el
dirigente de la FUS, Jorge
Bermúdez, afirmó el jueves 2 de octubre de 2008: “tildó la medida adoptada por la Directiva
del SMU como una “provocación” con connotaciones “políticas”. Bermúdez sostiene
que “la Junta
Directiva del CASMU debería renunciar, al igual que la
directiva del SMU, e irse por la puerta de atrás antes de que los trabajadores
los saquen a patadas por la puerta de adelante.”
En el mismo medio, el Vicepresidente de la JD del
CASMU, Dr. Enrique Soto, manifestó: “que los problemas económico financieros no
son exclusivos del CASMU sino que todo el sector de la salud atraviesa serios
problemas. En ese sentido mencionó los US$ 400:000.000 de pasivo que tienen en
conjunto los prestadores de salud. Para él los problemas actuales “no se van a
solucionar desde las consignas” sino a través del diálogo que lleven a
conseguir soluciones. Y agregó que “hay una mezcla de consignas y lobbys
–empresariales, institucionales y gremiales – a nivel del MSP que bloquean los
intereses de la reforma de la salud”. “Mientras no se sienten todos los actores
involucrados y se sinceren, la salud del país seguirá en problemas”, afirmó.