El alcohol puede causar ardor si se aplica en cortaduras y rasguños, pero sus efectos en la piel son muy refrescantes y ello ha impulsado a muchos padres a emplearlo como remedio rápido contra la fiebre en niños pequeños. No obstante, esto podría resultar peligroso.
Según una nota de The New York Times, un estudio reciente publicado en
la revista Pediatrics (Pediatría) sugiere que este tratamiento es
especialmente común en familias de bajos ingresos y comunidades
minoritarias, donde se transmite de generación en generación y, en
algunos casos, es recomendado por médicos.
Al igual que el alcohol isopropílico (Isopropanol), al aplicarlo en la
piel el alcohol se evapora y ofrece una sensación refrescante, lo que
reduce potencialmente la temperatura. Muchos padres calman a sus niños
con fiebre frotándoles alcohol en la piel o añadiendo un poco a la
esponja en el momento de bañarlos.
Sin embargo, utilizar el alcohol de esta manera puede provocar serios
daños. El alcohol isopropílico se absorbe rápidamente en la piel y si
se aplica en grandes cantidades puede ser inhalado, lo que generaría
envenenamiento por alcohol y otros problemas.
Varios casos reportados en la literatura médica describen de qué manera
niños pequeños cayeron en coma después de haber tratado de disminuirles
la fiebre con alcohol. Otros informes han descrito casos en los que
adultos sufrieron problemas cardíacos y neurológicos después de haber
utilizado toallas empapadas de alcohol para refrescarse o calmar el
dolor.
Para mejores resultados pruebe el simple paracetamol- al menos si su
hijo tiene más de un año- y un baño con agua tibia, sin frotar alcohol.
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