Un estudio halla que la combinación contribuye a la degeneración macular relacionada con la edad.
Si está planeando jubilarse en Florida o Arizona por razones de salud, procure llevar sus gafas de sol. Ese
es el mensaje de un nuevo estudio que encontró que las personas mayores
que tienen bajos niveles de ciertos antioxidantes presentes en muchas
frutas y verduras, y que están expuestas a los rayos de longitud de
onda corta azul del sol, son más propensas a desarrollar ciertos tipos
de degeneración macular asociada a la edad (DMAE). Pero el daño puede
comenzar décadas antes de que cumplan 65 años. "Recomendamos a
las personas que protejan sus ojos con gafas de sol y sombreros de ala
ancha si van a estar al aire libre, especialmente ante la luz solar
brillante" y en las horas del mediodía, aconsejó Astrid E. Fletcher,
autora principal del estudio publicado en la edición de octubre de la
revista Archives of Ophthalmology. "Nuestro consejo
sobre nutrición", agregó, "es que las personas deben asegurarse que
siguen las recomendaciones de cinco al día. En particular, deben
procurar que sus dietas incluyan verduras de hojas, cítricos, aceite
vegetal y frutos secos, ya que son buenas fuentes de vitaminas
antioxidantes importantes para la retina". La Dra. Julie
Belkin, oftalmóloga de Centro médico Case de los Hospitales
universitarios de Cleveland, aseguró que "las gafas de sol se
recomiendan de todas formas, y la mayoría de personas que siguen una
dieta normal y balanceada obtendrán un nivel adecuado de esos
antioxidantes. Pero algunos complementos vitamínicos pueden poner a la
persona en riesgo si ésta tiene otros factores de riesgo u otro
problema en los ojos". Aunque los autores del nuevo estudio
hallaron que la relación entre la exposición a los rayos azules del sol
y los bajos niveles de antioxidantes era más pronunciada en la mediana
edad en comparación con edades anteriores, otros expertos señalan que
no está claro cuando ocurre el daño. "No sabemos realmente
cuántos años tarda" en desarrollarse la DMAE. "En algunas personas,
unos pocos años al sol es malo mientras que en otras podría tratarse de
unas cuántas décadas", apuntó el Dr. Robert Cykiert, profesor asociado
de oftalmología en el Centro médico Langone de la Universidad de Nueva
York, en esa misma ciudad. Estudios previos habían sugerido
que los rayos azules del sol podían dañar la retina y provocar el
desarrollo de la DMAE en los ojos, una causa principal de pérdida de
visión en los estadounidenses a partir de los 60 años. Los
estudios también han mostrado que las enzimas antioxidantes como las
vitaminas C y E, los carotinoides (luteína y zeaxantina) y el cinc
pueden proteger contra los rayos azules del sol. Pero nadie ha
estudiado realmente cómo interactúan los rayos azules y los
antioxidantes para afectar el riesgo de DMAE. Luego de
estudiar a casi 4,500 europeos de edad avanzada (una media de edad de
73.2 años), los autores del estudio, de la Escuela de medicina tropical
e higiene de Londres, no encontraron ninguna relación entre la
exposición a los rayos azules y la DMAE neovascular (temprana). Sin
embargo, la exposición a los rayos azules estuvo asociada con la DMAE
neovascular en el 25 por ciento de las personas que tenían los menores
niveles de antioxidantes. "Es la primera vez que lo estudian
en tantos pacientes, pero tiene sentido desde un punto de vista
fisiológico", afirmó el Dr. David M. Kleinman, profesor asistente de
oftalmología en el Instituto ocular de la Universidad de Rochester.
"Aparte de haber algunas cosas que no podemos controlar, como la
predisposición genética, si nos cuidamos de alguna manera ayudaremos a
reducir la pérdida de visión por DMAE". Eso incluye hacer
ejercicio y controlar la presión arterial y el colesterol, agregó
Kleinman, un especialista en retina que estudia la degeneración
macular. Un segundo estudio que aparece en la misma edición de
la revista encontró que, en general, el deterioro visual es más común
en las personas diabéticas que entre las que no tienen diabetes. La
noticia es realmente preocupante debido a la epidemia de diabetes: en
2005, se calcula que 14.6 millones de estadounidenses fueron
diagnosticados con diabetes, además de los 6.2 millones de individuos
sin diagnosticar. Se espera que el número de personas con diagnóstico
de diabetes en los Estados Unidos alcance casi los 50 millones para
2050. La retinopatía diabética es una de las complicaciones
más comunes de la diabetes, pero otros problemas oculares pueden
aparecer también, como cataratas y glaucoma, de acuerdo con el estudio
realizado por los investigadores de los U.S. Centers for Disease
Control and Prevention. Alrededor del 11 por ciento de los
adultos de EE. UU. con diabetes tiene alguna forma de deterioro visual,
el 3.8 por ciento es incorregible, pero el 7.2 por ciento se puede
corregir. Casi el 6 por ciento de las personas que no tienen diabetes
presentan algún tipo de deterioro visual, el 1.4 por ciento es
incorregible y el 4.5 por ciento se puede corregir. Más información El National Eye Institute tiene más información sobre la DMAE.
|