Diputados provinciales aprobaron una ley antitabaco que contradice los
dictámenes de las comisiones de Salud y de Adicciones. Y el Senado la
convirtió rápidamente en ley. “Es la peor ley de control de tabaco en
la Argentina”, dice una especialista.
La Cámara
de Diputados bonaerense aprobó “la peor ley de control de tabaco en la
Argentina, hecha a la medida de las empresas tabacaleras”, según una
especialista en el tema. La norma se aprobó contradiciendo los
dictámenes de las comisiones de Salud y de Adicciones de la misma
cámara, que planteaban espacios ciento por ciento libres de humo; la
ley aprobada admite espacios para fumadores y permite fumar en locales
de más de 400 metros cuadrados.
Luego de que “representantes de la
industria tabacalera recorrieron los despachos de los diputados” –según
contó el presidente de la Comisión de Adicciones–, la mayoría de los
bloques invirtió la posición que sus propios miembros habían sostenido
en aquellas comisiones. Sólo Coalición Cívica votó en contra. La
normativa pasó al Senado, que la aprobó anoche mismo.
Desde abril pasado, las comisiones de Salud y de Adicciones habían
estudiado y reformulado el proyecto de ley de control del tabaco que,
con media sanción del Senado, venía fuertemente objetado por entidades
de salud. Se había llegado a un dictamen de consenso entre ambas
comisiones (con el solo voto en contra de Jorge Macri, del Pro), que
establecía ambientes públicos ciento por ciento libres de humo, así
como la prohibición completa de la publicidad y patrocinio del tabaco.
Por razones de procedimiento, el dictamen debía pasar por la Comisión
de Asuntos Constitucionales –cuyo presidente es Marcelo Feliú y su
vicepresidente Guido Lorenzino Matta, ambos del Frente para la
Victoria–: en pocas horas, este organismo reformuló el dictamen: ayer,
en el recinto, el nuevo despacho obtuvo los votos del Frente para la
Victoria, el PJ, Recrear, el Pro, la UCR y Concertación Plural: 72
legisladores. Sólo se opusieron los 14 diputados de Coalición Cívica.
Pocos minutos después, el Senado aprobó a su vez la ley, que así será
remitida al Ejecutivo para su promulgación.
La ley aprobada no sólo admite espacios separados para fumadores en
bares y restaurantes, como la que traía media sanción del Senado, sino
que permite fumar sin restricciones en lugares de más de 400 metros
cuadrados de superficie, como es el caso de los bingos.
Sebastián Cinquerrui (Coalición Cívica), presidente de la Comisión
de Adicciones de la Cámara de Diputados bonaerense, destacó que “el
dictamen compartido con la Comisión de Salud adoptaba el paradigma de
espacios libres de humo, que requieren todos los organismos nacionales
e internacionales en salud. Se había acordado votar en sintonía en el
recinto. Pero sé que hubo muchas presiones de la industria tabacalera:
estuvieron recorriendo los despachos de los diputados”.
El resultado de esa recorrida, según Verónica Schoj –titular de la
Alianza Libre de Humo de Tabaco (Aliar)– “es comparable con el veto que
impuso Carlos Menem, cuando era presidente, a la ‘ley Neri’ de control
del tabaco, después de que la industria había pagado a un funcionario
oficial para lograrlo. Pero la bonaerense es la peor ley de control de
tabaco que se haya aprobado en la Argentina. Es un ejemplo vergonzoso,
que vamos a denunciar internacionalmente. Va en sentido contrario al
criterio mundial, donde cada vez más países y ciudades adoptan
políticas de control de tabaco y ya el 95 por ciento de los países
adhirieron al Convenio Marco auspiciado por Naciones Unidas; en la
Argentina, el Senado sigue sin ratificarlo”.
“La norma que aprobaron los diputados bonaerenses también va en
contra de lo que pasa en la Argentina –agregó Schoj–, donde ya hay seis
provincias libres de humo y, en la provincia de Buenos Aires, diez
ciudades tienen ya ordenanzas en este sentido.”
Schoj inscribió lo sucedido en “una estrategia de la industria
tabacalera que ya ha sido bien descripta mundialmente: la preemption
law, que podría traducirse como ‘ley preventiva’: se trata de
propiciar, a nivel federal o provincial, leyes para prevenir que, a
nivel provincial o municipal respectivamente, se dicten normativas más
duras. Documentos confidenciales de la industria, hechos públicos por
obligación en Estados Unidos, advertían que la batalla se podía perder
a nivel municipal, y planteaban redoblar el lobby en niveles más altos.
La representante de Aliar recordó que “admitir áreas para fumadores
es perjudicial porque, de hecho, no se separan plenamente de las áreas
libres de humo; porque discriminan a los trabajadores que se desempeñan
en ellas; y porque es tomar el problema como si se tratara de evitar
molestias a los no fumadores, cuando el humo de tabaco es la primera
causa de muerte por contaminación ambiental, por delante del monóxido
de carbono”.
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