Los cambios horarios son un tema de discusión también fuera de la
Argentina: se estima que un cuarto de la población mundial adelanta sus
relojes una hora en primavera, para volver atrás una hora en el otoño
siguiente. En tanto, la pregunta sobre su impacto en la salud sigue
abierta.
Y las evidencias científicas que comienzan a aparecer no son positivas.
Un estudio publicado ayer en la prestigiosa revista New England Journal
of Medicine mostró que, en Suecia, durante los tres días posteriores al
cambio de horario de primavera aumenta significativamente la tasa de
infartos.
Los autores del estudio, investigadores del
Instituto Karolinska y del Panel Nacional de Salud y Bienestar, de
Suecia, llegaron a esa conclusión tras evaluar la información
consignada entre 1987 y 2006 en el registro nacional de infartos de ese
país.
"Lo que observó el estudio es un aumento significativo
de la tasa de infartos, de entre el 5 y el 10%, que se produce en los
días posteriores al cambio de horario", comentó el doctor Daniel
Cardinali, investigador superior del Conicet, y agregó: "Esto es lo que
lo está experimentando la población argentina, aunque lamentablemente
aquí no contamos con registros".
Los investigadores suecos
también hallaron un aumento, más leve, en la tasa de infartos durante
el día posterior al ajuste horario de otoño, así como una diferencia de
acuerdo con el género en el impacto del cambio horario sobre la salud
cardiovascular.
"El efecto de la transición de primavera del
cambio horario sobre la incidencia del infarto agudo de miocardio fue
un poco mayor en las mujeres que en los varones, mientras que el efecto
de otoño fue más pronunciado en los varones que en las mujeres",
escribieron Imre Janszkyt y Rickard Ljung, autores del citado estudio.
Para
Cardinali, que recientemente fue distinguido por la Federación
Americana de Sociedades de Biología Experimental por sus estudios con
la melatonina, "el estudio representa un aporte interesante, ya que es
la primera vez que se reporta ya no el hecho fenomenológico de la
alteración del sueño [asociada con el cambio horario], sino un efecto
muy directo." Nada menos que un aumento de las tasas de infarto.
Mal dormidos
"Los
transiciones [de los cambios horarios] pueden trastocar los ritmos
cronobiológicos e influir sobre la duración y la calidad del sueño, y
sus efectos se extienden durante varios días después del cambio",
escribieron Janszky y Ljung en la revista New England Journal of
Medicine .
Irritación, falta de concentración y trastornos del
sueño son los síntomas esperables del mal dormir ocasionado por un
desajuste del reloj biológico que regula nuestros ciclos de
sueño-vigilia: el llamado reloj circadiano.
Un estudio
reciente, realizado por investigadores finlandeses y publicado en
febrero de este año en la revista especializada BMC Physiology, halló
que los cambios de hora como el que se realizó días atrás en la
Argentina alteran la calidad del sueño nocturno de las personas, así
como la calidad de los descansos diurnos.
Unos meses antes, en
diciembre de 2007, investigadores alemanes habían publicado en la
revista Current Biology un estudio que mostraba que el reloj circadiano
de muchas personas no se terminaba de adaptar nunca a los cambios de
hora.
"La explicación más plausible para nuestros hallazgos
está en el efecto adverso que posee la deprivación del sueño sobre el
sistema cardiovascular -escribieron los autores del estudio sueco-.
Nuestros datos sugieren que las personas vulnerables deberían evitar
cambios repentinos en sus ritmos biológicos."
"Quienes deben
tener especial cuidado con esta situación de deprivación del sueño a la
que puede dar lugar el cambio de horario son las personas con problemas
coronarios", advirtió el doctor Cardinali.
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