“El suicidio es una epidemia oculta”. Así, el titular de
Red Solidaria, Juan Carr,
alerta sobre la relevancia del tema en nuestro país. Según estadísticas oficiales, en el año 2007
ocurrieron en la Argentina 3.119 muertes por suicidio, lo que se traduce en una tasa de 8 suicidios
cada 100 mil habitantes.
José Lumerman, médico psiquiatra y director del
Instituto Austral de Salud
Mental de Neuquén, manifiesta su preocupación y afirma que el suicidio “es una epidemia
negada, un fenómeno patológico que afecta a un porcentaje de la población por encima de la media
histórica”.
Carr expresa su profunda preocupación por la incidencia del suicidio en la población juvenil.
"Un chico argentino se suicida cada tres horas", dice y explica que dos de cada tres muertes
corresponden a chicos entre 15 y 24 años.
Según datos brindados por el Ministerio de Salud, la tasa de suicidios en el año 1999 fue de 6,6
sobre 100 mil habitantes y fue aumentando hacia 2001, hasta llegar a su pico máximo en el año 2003
con una tasa de 8,7 suicidios por cada 100 mil habitantes.
En el mundo, las cifras son todavía más escalofriantes. Según la
Organización Mundial de
la Salud, cada cuarenta segundos una persona se quita la vida en algún lugar del planeta. Esto
significa que al año se producen 900 mil muertes por suicidio, lo que lo convierte en una de las
tres primeras causas mundiales de muerte en personas de 15 a 44 años.
A pesar de la contundencia de los números, Antonio Di Nanno, médico psiquiatra a cargo de la
Unidad Coordinadora,
Ejecutora de Salud Mental y Comportamiento Saludable del Ministerio de Salud de la Nación,
prefiere no referirse al suicidio como una epidemia, sino como una "realidad concreta". "Nosotros
nunca ocultamos los números; lo tomamos como un problema, pero no como una epidemia”,
explica.
¿Cómo evitar que alguien se quite la vida? Los especialistas consultados
coincidieron en que
la prevención es la única solución al problema y que los esfuerzos de la salud
pública deben estar puestos allí. “En el 90% de los casos, si la situación de la persona es
percibida por el entorno o por profesionales de la salud,
la muerte es evitable”, dice Juan Carr. “Hay que destacar la
importancia de los medios de comunicación para informar y concienciar a la sociedad”, agrega
Lumerman.
El Ministerio de Salud en conjunto con
ONGs dedicadas a la
problemática, presentaron el 10 de septiembre de 2007 –Día Mundial para la Prevención del
Suicidio- un proyecto para un Programa Nacional. Sin embargo, y a pesar que desde el Ministerio
aseguran que ya han empezado a trabajar con las provincias, falta todavía el marco jurídico para
darle status a esa iniciativa. Para Diana Altavilla, presidenta y fundadora del
Centro de Atención al Familiar del
Suicida (una ONG que trabaja “por amor al servicio y por la gente”), “
el Estado no ayuda nada, más bien obstaculiza y eso hace todo más difícil. No
tenemos apoyo de empresas para los gastos porque no es un tema agradable”.
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