Los casos de malaria cayeron un 14 por ciento en América Latina en 2007 pese a que en algunos países ha habido repuntes importantes, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que conmemoró hoy el Día del Paludismo en la región.
La clave del éxito es el uso de un nuevo
cóctel de fármacos derivados de la artemisia, conocido como ACT, dijo
en una entrevista con Efe Keith Carter, asesor regional de malaria de
la OPS. En total, 775.000 personas resultaron infectadas por el
parásito en América Latina en el 2007, lo que supone una caída del 14
por ciento con respecto al año anterior. A 212 les costó la vida. En
2000 hubo 1,15 millones de casos y 348 muertes, según datos de la OPS,
que es la filial latinoamericana de la Organización Mundial de la Salud
(OMS). En Ecuador, El Salvador, Nicaragua, Paraguay y Surinam el
número de enfermos cayó entre un 80 y un 90 por ciento desde 2000 a
2007. Al lado de estos éxitos se encuentran las malas
experiencias de República Dominicana, donde la dolencia creció un 120
por ciento en ese período; Haití, con un aumento del 39 por ciento;
Panamá, con un 24 por ciento de subida; y Venezuela, con un 40 por
ciento. Colombia es el quinto país donde se ha registrado un
alza, del 2,6 por ciento, y es también el que cuenta con mayor número
de casos en este grupo de naciones a la zaga, con 110.000 en 2007. Carter
achacó los retrocesos a la existencia de brotes de dengue, que hacen
que los gobiernos usen los recursos para combatir esa dolencia en lugar
de la malaria. Caso aparte es la situación en la Isla de La Española, que comparten Haití y República Dominicana, en su opinión. Los programas de combate a la malaria "son débiles en Haití y hay mucho movimiento entre un país y otro", dijo Carter. Haití,
el país más pobre del continente, es también el único donde el enfermo
debe pagar por los diagnósticos y los tratamientos. El costo no
es el obstáculo para que la población del resto de América Latina
obtenga los fármacos, sino la falta de educación sobre la enfermedad,
enfatizó Carter. Asimismo, algunas personas infectadas no
completan el tratamiento, que dura dos semanas, pues se sienten bien a
los pocos días de comenzar a tomar el ACT, pero si no lo terminan
sufren recaídas a lo largo de su vida, explicó el experto. El
plasmodium, el parásito de la malaria, se trasmite en la saliva de las
hembras del mosquito anófeles y sus primeros síntomas (fiebre, dolores
de cabeza y vómitos) aparecen entre 10 y 15 días después de la picada. Tras
miles de años de presencia anónima en los glóbulos rojos de los seres
humanos, el 6 de noviembre de 1880 el francés Charles Louis Alphonse
Laveran descubrió al plasmodium durante su trabajo en un hospital
militar de Argelia. En el mundo casi 900.000 personas murieron en 2006 por su causa, principalmente en África, según los últimos datos de la OMS. En
América Latina su incidencia es mucho menor que en el continente negro
y en países como Argentina, El Salvador, México y Paraguay los casos se
han reducido tanto que el objetivo ahora es eliminar la malaria por
completo, comentó Carter. No se trata de un sueño irrealizable,
como demuestra la historia. La malaria era endémica en Estados Unidos
hasta la década de 1940, cuando el Gobierno lanzó un programa para
erradicarla. La OPS creó el año pasado el Día del Paludismo en
las Américas para que, con un mayor nivel de concienciación pública
sobre su peligro, se logre un milagro similar al sur del Río Bravo.
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