Una dieta alta en grasas en el embarazo 'programa' la obesidad en el cerebro de los bebés, según sugiere un estudio realizado en ratas por investigadores de la Universidad Rockefeller. Los científicos señalan que el descubrimiento, que se publica en la revista 'Journal of Neuroscience', podría explicar la mayor prevalencia de obesidad infantil durante los pasados 30 años.
Los experimentos muestran que la exposición a una dieta alta en
grasas durante el embarazo produce cambios permanentes en el cerebro de
los descendientes que llevan a que coman más y sufran obesidad en los
primeros años de vida.
Según explica Sarah F.
Leibowitz, directora del Laboratorio de Neurobiología Conductual,
"hemos mostrado que una exposición a corto plazo a una dieta alta en
grasas en el útero produce neuronas permanentes en el cerebro fetal que
después aumentan el apetito por la grasa".
El trabajo
proporciona, según la investigadora, la primera evidencia de un
programa fetal que vincula altos niveles de grasas circulantes en la
sangre de la madre durante el embarazo con un exceso en la alimentación
y un aumento en la ganancia de peso en los hijos después de la
lactancia materna".
Los investigadores examinaron los
efectos de alimentar a ratas embarazadas con una dieta alta en grasas
durante dos semanas en comparación con una dieta equilibrada que
contenía una cantidad moderada de grasa.
Los autores
descubrieron que las crías de rata nacidas de madres que consumían la
dieta grasa, incluso después de que se les eliminara esta dieta cuando
nacían, comían más, pesaban más a lo largo de su vida y comenzaban
antes la pubertad que los nacidos de madres que tomaban la dieta
equilibrada por el mismo periodo de tiempo.
Estas
crías tenían también niveles más elevados de triglicéridos en la sangre
cuando nacían y como adultos y una mayor producción de péptidos
cerebrales que estimulan el apetito y la ganancia de peso.
Los científicos miraron después el número y tipos de neuronas
desarrolladas y descubrieron que las crías de madres que tomaban la
dieta alta en grasas tenían en el útero un mayor número de
neuronas productoras de péptidos estimuladores del apetito y que los
mantenían a lo largo de su vida.
Durante la digestión,
la dieta alta en grasas de la madre también estimulaba la proliferación
de células precursoras neuronales y su diferenciación y migración al
centro del cerebro que promueve la obesidad. En las ratas que tomaban
una dieta equilibrada, estas neuronas eran mucho menores en número y
aparecían mucho más tarde después del nacimiento.
"Creemos que los altos niveles de triglicéridos a los que los fetos
están expuestos durante el embarazo provocan el crecimiento de neuronas
antes y mucho más de lo normal", señala Leibowitz.
Los
investigadores creen que debido a que la madre debe preparar sus
embriones para sobrevivir a su dieta, necesitan nacer con mecanismos
cerebrales que les permitan comerla y metabolizarla.
La
investigadora cree que en humanos se podrían producir mecanismos
similares. "Estamos programando a nuestros hijos para estar obesos.
Creo que está muy claro que el cerebro en desarrollo es vulnerable y
hemos identificado el lugar de esta acción donde las nuevas neuronas
están naciendo. Ahora necesitamos comprender cómo afectan los lípidos a
estas células precursoras que forman estas neuronas sensibles a la
grasa que viven con nosotros toda nuestra vida", concluye Leibowitz.
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