Si bien en la Provincia de
Buenos Aires no se han detectado casos autóctonos, los viajes de
turistas a zonas endémicas del norte y de países vecinos así como el
movimiento de trabajadores generan preocupación. Combatir los criaderos
de mosquitos y evitar picaduras, medidas a tomar para evitar una
enfermedad que no tiene vacuna.
La reciente detección de unos 1.800 focos de mosquitos portadores de
dengue en Río de Janeiro, Brasil, amenaza con un rebrote de la
enfermedad y volvió a encender la luz de alerta entre las autoridades
sanitarias argentinas.
En ese sentido, especialistas del Ministerio de Salud de la provincia
de Buenos Aires advirtieron sobre la necesidad de tomar recaudos a los
turistas que prevén viajar a esa región de Brasil y otras zonas
endémicas limítrofes pero también recomendaron a los que se quedan que
tomen todas las medidas a su alcance para reducir al máximo la
proliferación de criaderos de larvas del mosquito aedes aegyptis, el
vector del dengue.
Durante el verano, la conjunción de altas temperaturas y
precipitaciones abundantes ofrece condiciones ideales para el
desarrollo de este mosquito. En su versión menos virulenta (dengue
clásico), esta enfermedad viral se manifiesta en el hombre con fiebre
alta y fuertes dolores corporales. En su manifestación más peligrosa,
por reinfección, genera fiebre hemorrágica y suele ser letal.
En el verano de 2007, durante la gran epidemia que azotó el Paraguay,
decenas de personas fallecieron por dengue y entre ellas se contó a la
jefa del departamento de Enfermería del Ministerio de Salud Pública de
ese país, María Catalina Roa.
Si bien el último verano los casos en el país limítrofe descendieron se
espera para esta temporada un número importante de nuevos episodios de
la mano del aumento de las temperaturas y las lluvias. La detección de
1800 criaderos de aedes aegyptis en Brasil comienza a corroborar las
previsiones.
Lo que ocurra en Paraguay y otros países limítrofes como Brasil y
Bolivia es seguido de cerca por las autoridades sanitarias argentinas.
Es que la enorme mayoría de los argentinos infectados por dengue en los
últimos años han contraído la enfermedad en esas latitudes o bien los
vecinos, que trabajan en Argentina, han ingresado la enfermedad al
regresar de sus países de origen.
En la provincia de Buenos Aires más del 90 por ciento de las personas
infectadas residían en distritos del conurbano bonaerense, donde el
intercambio con los países fronterizos es permanente.
Según datos de la Dirección de Epidemiología del Ministerio de Salud
provincial, en los primeros seis meses de 2007 se notificaron 139 casos
(105 casos comprobados y 34 sospechosos) mientras que entre octubre de
ese año y agosto de 2008 se detectaron 30 casos (5 comprobados y 25
sospechosos).
Ninguno de los casos detectados en la provincia fue autóctono: los
infectados viajaron a otros países o provincias del país. En 2007, la
gran mayoría había visitado Paraguay, Brasil, Venezuela, Bolivia o Perú
pero también Formosa, Salta, Corrientes, Misiones y Córdoba. En 2008,
se repitieron los mismos países –más Puerto Rico, Santo Domingo e
Indonesia- y la provincia de Misiones.
“En la provincia, la gran mayoría de los casos se localiza en los
partidos del conurbano, y hacia el interior, los casos no sobrepasan la
línea de los distritos de Saladillo y 25 de Mayo” indicó el director de
Zoonosis Rurales de la cartera sanitaria, Jorge Bolpe.
Si bien los meses de mayor riesgo son febrero, marzo y abril, ya que
confluyen los picos de calor y de lluvias, a partir de diciembre
comienzan a multiplicarse las larvas del mosquito en charcos y todo
tipo de recipientes capaces de colectar agua.
“En invierno pueden presentarse algunos casos con turistas que viajan a
países de la franja subtropical que tienen temperaturas regulares
superior a los 20 grados pero la temporada del mosquito es el verano”,
señaló Bolpe.
En ese sentido, la dirección de Zoonosis de la cartera sanitaria
comenzará en las próximas semanas a tomar muestras en distritos del
norte provincial para medir la aparición de larvas, que hasta ahora no
se realizaron por falta de lluvias suficientes.
Las muestras se tomarán a través de “larvitrampas” -recipientes
colocados a un metro sobre el nivel de suelo- como así también en agua
colectada en cubiertas de gomerías, floreros de cementerios y en
receptáculos similares.
COMBATIR LOS CRIADEROS
Como para el dengue no hay vacuna, el esfuerzo se focaliza
exclusivamente en dos puntos centrales: combatir los criaderos de
mosquitos y evitar ser picado.
El aedes aegyptis se encuentra ampliamente distribuido en el conurbano
bonaerense y convive íntimamente con el hombre y las familias. Sus
señas particulares: son blancos y negros, con rayas en el dorso y en la
espalda. Sus horarios: pican durante el día, pero eligen especialmente
las primeras horas de la mañana y el final de la tarde.
El aedes es un viejo conocido en el país: fue el causante de la
terrible epidemia de fiebre amarilla que castigó a la ciudad de Buenos
Aires en 1870-71. Sobre una población de casi 200 mil habitantes la
epidemia infectó a 40 mil personas (el 20 por ciento) y terminó con la
vida del 8 por ciento de los porteños.
RECOMENDACIONES
Mucho se puede hacer para evitar la proliferación del aedes aegyptis.
“El hombre no tiene que ofrecer al mosquito la posibilidad de
multiplicarse” señala Bolpe.
Por ello, los especialistas recomiendan:
-Vaciar, dar vuelta o colocar bajo techo todo elemento que tenga una
pared firme y que pueda colectar agua (el mosquito hembra pone los
huevos sobre esa pared sólida) como baldes, frascos, botellas, juguetes
o cubiertas que puedan quedar a la intemperie en los patios.
-Limpiar las canaletas con regularidad para favorecer el drenaje del agua así como tapar los tanques de agua.
-En el interior de las viviendas, cambiar asiduamente el agua de floreros y recipientes donde beben las mascotas.
-Colocar mosquiteros en puertas y ventanas.
-Usar aerosoles repelentes, tabletas insecticidas o espirales.
-Triturar, cerrar o quemar (si está permitido) la basura y los desechos
acumulados cerca de las viviendas, ya que pueden acumular agua de
lluvia.
-Turistas: para aquellos que decidan visitar zonas donde el dengue es
endémico se recomienda usar sustancias repelentes, ropa clara que cubra
la piel, y hospedarse en hoteles con aire acondicionado.
También verificar que en su lugar de alojamiento puertas y ventanas cuenten con mosquitero.
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