La salud y el placer degustativo son los componentes de las dietas ideales |
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Diario Médico
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viernes, 21 de noviembre de 2008 |
La alimentación es uno de los elementos que más influyen en la salud. Se sabe que ciertos nutrientes pueden evitar o minimizar los efectos de ciertas patologías, como el cáncer o la enfermedad de Alzheimer Sin embargo, la dieta no tiene porqué estar reñida con el placer. La prudente combinación de estos factores es lo ideal.
La vinculación entre la salud y la alimentación es un hecho probado
científicamente. Pero no se trata sólo de hacer una combinación de
nutrientes equilibrada. El profesor Aniceto Charro Salgado, jefe del
Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico San Carlos,
de Madrid, defiende que una alimentación saludable debe ser compatible
con una forma de placer: "La dieta ideal tiene que compaginar la salud
con el placer gustativo".
Prevención probada Durante
su intervención en la V Reunión Internacional La Alimentación y la
Nutrición en el Siglo XXI, organizada en Baiona (Vigo) por la
Asociación Gallega de Estudios de la Dieta Atlántica, y que este año ha
coincidido con la XII Reunión Científica de la Sociedad Española de la
Nutrición, ha sacado a colación multitud de estudios que demuestran la
influencia de la dieta en la salud y en la prevención de enfermedades.
La
relación con las patologías cardiovasculares es uno de los ámbitos más
investigados. El 30 por ciento de las enfermedades cardiacas pueden
tratarse con una alimentación adecuada, las personas con niveles de
omega 3 bajos presentan más episodios coronarios y quienes mantienen
una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras, tienen un tercio
menos de posibilidades de sufrir un infarto.
Multitud de
trabajos verifican la repercusión de la alimentación en algunos tipos
de cáncer. A tenor de los datos aportados por Charro, el 40 por ciento
de los cánceres en las mujeres y el 60 por ciento en los hombres
guardan relación con una dieta inadecuada.
En una alocución
singular, el catedrático ha repasado la historia y ha recordado que
durante el siglo XX se conoció la importancia de las grasas saturadas y
el colesterol, y apareció el concepto paradigmático de la dieta
mediterránea. En el siglo XXI se dio un paso más y los científicos
reconocieron los efectos saludables de la dieta atlántica, que
incorpora un alto consumo de pescado, marisco y otros productos del
mar, como congelados, carne de ternera y de cerdo y legumbres. Casi al
mismo tiempo comenzó a hablarse de la dieta oriental, que se asemeja a
la atlántica porque es rica en pescado.
Patologías beneficiadas Charro
ha subrayado que la dieta atlántica está ligada a una mayor esperanza
de vida. Nuevas líneas de investigación están comprobando el impacto de
los omega 3 en algunas enfermedades degenerativas como el Alzheimer.
"Parece que en los pacientes que comen dos o tres veces a la semana
pescado la enfermedad evoluciona más lentamente que en los que lo hacen
sólo una vez".
El estudio AVON pone de manifiesto que el consumo
de marisco y pescado en las mujeres embarazadas se asocia con mejores
índices intelectuales y un mejor desarrollo psicosocial del niño. Por
otra parte, el estudio Séneca revela que en Galicia la población es más
longeva que en otros países europeos.
Sin embargo, ha hecho
hincapié en la necesidad de que la dieta tenga en cuenta la
satisfacción que desde tiempos ancestrales ha producido en el ser
humano la comida. "No es sólo un factor determinante para la salud, es
una forma de placer, es un ingrediente de la cultura y una vía de
innovación artística".
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