Dos hermanas siamesas unidas por la cabeza han superado muchas pruebas impuestas por la adversidad, pero en esta ocasión, el médico que las trajo a Estados Unidos a fin de evaluarlas para una posible cirugía, manifestó que las niñas comparten órganos vitales, y que no podrían vivir separadas.
Anastasia y Tatiana Dogaru, que cumplirán 5 años en enero, nacieron
en Roma de padres rumanos. La parte superior de la cabeza de Tatiana
está unida a la parte posterior de la cabeza de Anastasia. Tatiana ya fue sometida a una operación cardíaca, y Anastasia carece de funciones renales y depende de los riñones de Tatiana. Sin
embargo, las mellizas siguen creciendo y son inteligentes y activas,
dijo el doctor Kenneth Salyer, presidente de la Fundación Mundial
Craneofacial, de Dallas. Pero su diagnóstico a largo plazo es incierto. "Son supervivientes y puede que estén con nosotros por mucho tiempo, Dios mediante", dijo Salyer. Los
médicos del Hospital Infantil Rainbow Babies, de Cleveland esperaban
realizar la operación, pero la separación quirúrgica de las niñas
hubiera sido demasiado peligrosa y fue suspendida en agosto del 2007. El nacimiento de siameses unidos por la cabeza se produce uno por cada 2,5 millones de nacimientos. Cuando
Anastasia y Tatiana nacieron en el 2004, los médicos en Italia les
dijeron a los padres, Claudia y Alin Dogaru, que no podían hacer nada. Pero
sus padres se enteraron de la exitosa separación en Dallas de los
siameses egipcios Ahmed y Mohamed Ibrahim, unidos por la cabeza. El
doctor Salyer trajo a los siameses a través de su fundación e integró
el equipo de médicos que realizó la operación de 34 horas. Los
Dogaru se pusieron en contacto con Salyer y las niñas fueron
trasladadas a Dallas en octubre del 2004. Fue a su llegada cuando
Tatiana tuvo que ser operada para corregir la contracción de la
principal vena del corazón, que hubiera sido fatal. Hace
un año, Salyer dijo que había un plan para que sobrevivieran después de
una operación quirúrgica. Anastasia hubiera sido sometida a diálisis y
hubiera recibido un transplante de riñón, posiblemente de uno de sus
padres. Pero la operación fue
cancelada en el hospital de Cleveland y han surgido otras
complicaciones conforme las niñas crecen. El cerebro de una está
invadiendo el cerebro de la otra, lo cual hace imposible una operación. El
doctor Salyer dijo que sobre la base de los recursos médicos
existentes, las niñas no pueden ser separadas. "Nadie puede arriesgarse
a hacerlo a menos que tengamos nuevos métodos mágicos", agregó Salyer.
|