Investigaciones muestran que los movimientos suaves y fluidos ayudan a mejorar el sueño y prevenir caídas en las personas de la tercera edad, así como a controlar la presión arterial.
Una tarde soleada de noviembre, un grupo de
mujeres se encontraban reunidas para emprender una transformación:
comenzaron a relajar su cuerpo mientras se balanceaban desde los
tobillos hasta la parte anterior de sus pies, lentamente haciendo
círculos con los brazos.
A pesar de tener diferentes edades, tamaños y masa corporal, con sólo
unos movimientos sencillos se transformaron en bailarinas elegantes que
se movían con gracia y fluidez.
Estas mujeres estaban practicando tai chi chih, una serie de
movimientos desarrollados para facilitar el flujo de energía a lo largo
del cuerpo ("chi" en chino significa "energía).
Quienes practican tai-chi chih, descrito como "meditación en
movimiento", mencionan que contribuye a mejorar el equilibrio,
disminuir el estrés y aumentar la energía.
Investigaciones muestran que los movimientos suaves y fluidos ayudan a
mejorar el sueño y prevenir caídas en las personas de la tercera edad,
así como a controlar la presión arterial.
"Es un ejercicio para el "yo interno", no el externo, aunque también
afecta el "yo externo". indicó Alice Holden, hermana de la congregación
Caridad del Verbo Encarnado y maestra certificada de tai-chi chih.
Justin Stone, creador del tai chi chih, basó los movimientos en el tai
chi chuan, un arte marcial chino que se caracteriza por movimientos
lentos, contemplativos y más complejos.
Estadounidense de 90 años, Stone desarrolló el tai chi chih en 1974,
luego de haber realizado estudios sobre disciplinas espirituales en
India, China y Japón.
Actualmente existen más de 2 mil maestros certificados de tai chi chih en todo el mundo.
"Me da algo que ninguna otra cosa me puede ofrecer, excepto la música,
tal vez: me otorga relajación total", indicó Renza Baker, instructora
certificada en sus 70. "Me deja completamente relajada pero con más
energía... uno pensaría que una cosa no puede ir con la otra pero así
es". Baker comenzó a practicar tai chi chih en 1993, mientras se
recuperaba de un tratamiento experimental contra el cáncer. Al
practicar los movimientos "pude estar conmigo a nivel espiritual",
mencionó. "Pude reconectarme con mi cuerpo, mente y alma y creo que me
convertí en un todo".
El tai chi chih consiste en 19 movimientos y una postura. En teoría, el
tai chi chih equilibra el yin y el yang, conceptos chinos de fuerzas
opuestas pero complementarias. Muchos de los movimientos tienen nombres
líricos: hija de la cima de la montaña, respiración alegre, nube
pasajera.
Los movimientos son suaves, lentos, ("como traspasando el aire", indicó Baker) y repetitivos. Es cautivador observarlo.
Debido a que los movimientos son muy sencillos, indican los maestros de
tai chi chih, lo puede practicar cualquier persona, sin importar su
edad o condición física. Este tipo de práctica está ganando popularidad
entre la gente de la tercera edad debido a que no es extenuante pero
ofrece muchos beneficios.
Con un énfasis en lograr una conexión entre cuerpo, mente y espíritu,
el tai chi chih es similar al yoga, aunque menos demandante al nivel
físico.
Quienes lo practican reportan que les ha ayudado a mejorar casi todo, desde artritis y dolor hasta asma y fatiga crónica.
Linda Peterson, de 58 años, descubrió que la práctica de tai chi chih
le ayudado a mejorar su condición física. "Ha mejorado mi equilibrio y
creo que ahora juego mejor golf", indicó. "Mi swing es más suave y
fácil".
Por su parte, Carol Payne, de 69 años, menciona que entre más lo
practica, más siente los beneficios: duerme mejor y tiene más energía.
"El chi comenzó a fluir; tengo más equilibrio y consciencia de las
cosas", afirmó.
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