Un trabajo realizado por investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), en colaboración con la Universidad de Belgrado (Serbia), han demostrado la efectividad del empleo en la quimioterapia de complejos basados en estaño y titanio, que incluso superan los resultados que obtiene el cisplatino en la actualidad.
El proyecto de investigación está dirigido
por el doctor Santiago Gómez Ruiz y cuenta con la participación de los
investigadores Sanjiv Prashar y Dorian Polo Cerón, del Departamento de
Química Inorgánica y Analítica de la Universidad Rey Juan Carlos,
además de con la colaboración de científicos la Universidad de Belgrado
(Serbia). Según los últimos estudios de estos investigadores, el
estaño y el titanio presentan ua excelente actividad citotóxica. De los
nuevos agentes sintetizados por los investigadores, destacan los
complejos carboxilato de estaño, que presentan una actividad citotóxica
mucho mayor a la encontrada en el patrón anticáncer más conocido, el
cisplatino. Además de su elevada actividad anticáncer, estos
complejos presentan una selectividad muy marcada hacia este tipo de
células malignas, eliminando del orden de 10 a 20 células cancerígenas
por célula inmunocompetente, lo cual supera, en muchos casos
ampliamente, la selectividad mostrada por el cisplatino. Si bien
el mecanismo de acción de estos compuestos anticancerígenos es un
enigma en muchos casos, se está avanzando en el desarrollo de tests 'in
vitro' sobre células cancerígenas responsables del cáncer de pulmón,
mama, próstata o colon, entre otros. La quimioterapia es el
tratamiento de choque más empleado para evitar que un cáncer se
extienda por el organismo. Estos tratamientos están basados en
complejos de platino, como el cisplatino, aunque por sus efectos
secundarios se suelen sustituir por otros compuestos metálicos con la
misma efectividad y menos efectos secundarios. Muchos trabajos de
Química Bioorganometálica están dirigidos a la síntesis de nuevos
agentes anticancerígenos basados en metales como titanio, el galio, el
estaño, el paladio, el rutenio y el oro, para evaluar la actividad
anticancerígena y sus efectos secundarios.
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