Una investigación desarrollada por científicos de la Facultad de Psicología de la Universidad de Michigan y publicada en el último número de 'Psychological Science' ha demostrado que caminar por un parque, tanto con calor como con frío, o incluso ver fotografías de la naturaleza puede ayudar a mejorar la memoria y la atención.
Los investigadores de la UM Marc Berman, John Jonides y Stephen
Kaplan descubrieron que la memoria y la atención mejoran "en un 20 por
ciento" después de una hora de interacción con la naturaleza,
simplemente dando un paseo en un parque. A su juicio, este
descubrimiento puede ayudar a personas que padecen de fatiga mental.
Asimismo, el trabajo ha demostrado que interactuar con la
naturaleza disminuye el tiempo de recuperación de pacientes de cáncer,
mejora la memoria y también la atención.
Según Berman, interactuar con la naturaleza puede tener "efectos
similares a la meditación". "Encontramos los mismos beneficios (en
estos paseos) en días soleados de verano que en fríos días de enero. La
única diferencia fue que los participantes disfrutaron más las
caminatas de primavera y verano que en invierno", apuntó.
LA CIUDAD CONSUME ATENCIÓN Y MEMORIA
Las distracciones y el bullicio de las calles de la ciudad, con
personas cruzando las calles, estimula a la gente, pero parece que
consumen atención y memoria. Sin embargo, la naturaleza tiene un efecto
calmante y regenerativo en las personas, según este trabajo.
Berman desarrolló la teoría de que, si las personas interactúan
con la naturaleza, les permite el descanso y les ayuda en sus procesos
cognitivos. Así, decidió poner a prueba su teoría enviando a los
participantes del estudio a caminatas alrededor de la ciudad
universitaria, sobre rutas urbanas y también por jardines y parques.
Cuando los participantes caminaron por el parque, mejoraron su
memoria a corto plazo en un 20 por ciento, pero no mostraron mejoras
cuando caminaron por una zona urbana.
Los investigadores también probaron la teoría mostrando imágenes
urbanas y de naturaleza. De nuevo constataron que, cuando se mira
fotografías de la naturaleza, la memoria y la atención mejoran en un 20
por ciento, pero no al mirar imágenes de las zonas urbanas.
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