Un estudio publicado en British Medical Journal (Revista
Médica Británica), señaló que "las medidas cada vez más extremas para
reducir la exposición a estos alergenos están creando una histeria de
proporciones epidémicas".
Hace poco en Estados Unidos, un maní cayó al piso de un autobús escolar
e inmediatamente se ordenó su evacuación y descontaminación por temores
de que el humilde fruto podría afectar a los pasajeros de 10 años.
Muchas escuelas en ese y otros países alrededor del mundo se han declarado a sí mismas "libres de nueces y maníes".
Eso significa que los niños tienen prohibido llevar esos frutos,
mantequilla de maní, productos caseros o alimentos sin etiquetas.
Tal como señala el profesor Nicolas Christakis, de la Escuela de
Medicina de Harvard y autor del informe, "no hay evidencia de que este
tipo de restricciones extremas funcione mejor que las políticas más
circunscritas o que valgan el dinero y las interrupciones que
provocan".
Reacción exagerada
Una alergia es una respuesta inapropiada y perjudicial del sistema inmune del cuerpo a sustancias que normalmente son inocuas.
Según la Organización Mundial de Alergias, aunque la incidencia de
este trastorno varía mucho entre las regiones del mundo, unos 250
millones de personas están afectados por algún tipo de enfermedad
alérgica.
Existen varios tipos de alergia, pero entre las alimentarias,
las nueces y maníes son los productos que provocan el mayor número de
casos de este trastorno.
En Estados Unidos, unas 150 personas mueren cada año debido a una alergia alimentaria.
En el Reino Unido, mueren unas 10 personas por este tipo de alergia.
El informe compara esa cifra con las 45.000 personas que mueren
en accidentes de tránsito y las 10.000 que son hospitalizadas cada año
por lesiones cerebrales practicando un deporte.
Y sin embargo, dice el profesor Christakis, "estos accidentes
no provocan reacciones tan extremas, como pedir que se prohíba el
deporte".
"La reacción extremadamente exagerada a la magnitud de una
amenaza -dice el experto- es muy similar a la enfermedad psicogénica
masiva (EPM), que previamente se conocía como histeria epidémica".
Estos incidentes de EPM, agrega el científico, ocurren por lo
general en las pequeñas ciudades, las escuelas y las fábricas y
absorben a la gente sana en una ola de ansiedad a menudo provocada por
temores de contaminación.
"Y estar junto a individuos que son ansiosos provoca ansiedad en los demás".
Más ansiedad
Según el experto, el asunto no es si las alergias a los cacahuetes existen o si pueden ser ocasionalmente graves.
Tampoco se trata de ver si se deben tomar medidas preventivas
razonables para los pocos niños que han registrado alergias graves,
afirmó el científico.
"El asunto es lo que representa una respuesta extrema a la alergia a los maníes".
En la entrada de algunas escuelas, dice, hay señales que
advierten a los visitantes que se laven las manos antes de entrar para
evitar la contaminación de maníes.
Estas respuestas son extremas y tienen las características de la EPM, expresó el experto.
Y agrega que "estas medidas extremas para reducir la exposición
a nueces y maníes están provocando ansiedad en los padres y conduciendo
a más sensibilización en los niños y creando la misma epidemia que
están intentando evitar".
Un estudio reciente, señaló, sugiere que la exposición temprana
a los cacahuetes puede en realidad reducir, en lugar de aumentar, el
riesgo de una alergia.
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