La proteína prión en condiciones normales sirve para distinguir los olores |
|
|
|
Diario Médico
|
martes, 23 de diciembre de 2008 |
La proteína prión sirve para distinguir los olores, según revela un estudio que se publica hoy en la edición electrónica de Nature Neuroscience.
La investigación, dirigida por Stuart
Firestein, de la Universidad de Columbia, en Nueva York, aporta pistas
sobre la función de esta misteriosa proteína en su estado normal.
En
condiciones anómalas, la proteína prión se encuentra implicada en
enfermedades tan devastadoras como el mal de Creutzfeldt-Jakob,
incluyendo la variante al parecer procedente del consumo de carne de
ganado afectado por la encefalopatía espongiforme bovina. Sin embargo,
el papel de la proteína en el organismo continúa siendo un misterio.
Firestein,
que dirige el Laboratorio de Neurobiología de la universidad
neoyorquina, ha estudiado la función del prión en ratones transgénicos
manipulados genéticametne para que carecieran de la proteína en las
neuronas del sistema olfativo, la parte cerebral que controla el
sentido del olfato.
Estos ratones podían detectar olores, pero
no los distinguían bien, como demostraron los experimentos en los que
se les proponían tareas de discriminación a través de diferentes
comidas. Al reemplazar la proteína en las neuronas del bulbo olfativo,
se observó que los animales se recuperaban de ese déficit en la
discriminación de olores. También observaron cambios en la comunicación
entre las neuronas del bulbo olfativo de los ratones transgénicos.
Aún
no se ha clarificado si esos cambios en la discriminación de olores
podrían tener alguna implicación en las enfermedades priónicas, pero en
todo caso explican la presencia de estas proteínas en el organismo.
Un misterio por resolver A
pesar de que se ha avanzado mucho en el conocimiento de las
enfermedades espongiformes transmisibles (EET), su causante, el prión
(acrónimo de proteinaceous infectious particle) plegado de forma
anómala, todavía es un gran desconocido. La hipótesis de Stanley
Prusiner por la que el prión anómalo es el único agente infeccioso y
causante de las EET está aceptada por la mayoría de científicos y
cuenta con el aval de un premio Nobel, pero aún no se ha demostrado
fehacientemente, y de hecho parte de la comunidad científica la pone en
duda hasta disponer de más pruebas. A esa controversia se añade el
hecho de que poco se sabe sobre la función concreta de la proteína en
su estado normal en el organismo. Otro de los misterios que envuelve a
la proteína es dónde se encuentra el límite en el salto que hace el
prión de la barrera de las especies. (Nature Neuroscience DOI: 10.1038/nn.2238).
Comentarios reservados a usuarios registrados. Por favor ingrese al sistema o regístrese. Powered by AkoComment! |