Luz azul y un fotosensibilizador que 'tiñe' los tumores de rosa
fosforito, son dos nuevas herramientas para detectar tumores en la
vejiga y prevenir recaídas. Sumado a la tecnología de los endoscopios
tradicionales, el sistema 'Hexvix' intenta maximizar la visualización
de posibles zonas cancerosas que pueden pasar desapercibidas bajo la
tradicional luz blanca.
"Al operar, la luz blanca propia de las técnicas endoscópicas no impide que se nos pasen desapercibidas
determinadas zonas pretumorales o pequeños tumores", explica a
elmundo.es Carlos Hernández, jefe del Servicio de Urología del Hospital
Gregorio Marañón. Este centro es uno de los 12 de España y Portugal
sumergidos en un estudio para valorar la utilidad de esta nueva técnica
obtenida por GE Healthcare.
Una hora antes de realizar la prueba, los especialistas introducen
un fotosensibilizador en la vejiga de los pacientes. "El ácido
aminolevulínico es una sustancia con gran apetencia por las células tumorales
de la vejiga. Se pega a ellas y, cuando iluminamos con luz azul, nos
ofrece un color rosa muy llamativo", explica el doctor Hernández.
Hasta ahora, los experimentos con esta sustancia se habían llevado a
cabo en Alemania y otros países nórdicos. "Antes, el sistema de
sensibilización también se activaba con la luz del sol
y los enfermos no podían exponerse a ella durante semanas. Este hecho
dificultaba su utilización en países con mucho sol, como España. Sin
embargo, ya se ha logrado que el ácido sólo fotosensibilice a nivel
vesical, sin que afecte a la piel", aclara el citado experto del
Gregorio Marañón.
Una vez dentro de la vejiga del paciente, a la que se accede por
endoscopia, los médicos visualizan la zona iluminándola con haces
blancos. Una vez identificada un área sospechosa, se toman biopsias o, si no es muy grande, se extirpa directamente el tumor. Aquí se terminaría la técnica tradicional.
El nuevo sistema aporta una segunda fase. Los
especialistas encienden la luz azul y buscan las áreas más
fotosensibilizadas y que aparecen teñidas de un potente color rosa. Una
vez localizadas, se vuelven a tomar las mismas decisiones: raspar la
zona o tomar una muestra.
Impedir recaídas
El objetivo principal de esta herramienta, y de los estudios que se
están realizando en centros como el hospital Carlos Haya (Málaga) o el
Universitario de Canarias, es impedir las recaídas por tumores no
detectados.
"Esto redunda en beneficio, principalmente, de los pacientes pero
también del sistema. Se puede prevenir que gran parte de los enfermos
empeoren y se tengan que tomar acciones más radicales, como extirpar la vejiga", concluye Carlos Hernández.
Una de las hipótesis de los citados ensayos, de los que se espera
obtener datos definitivos a finales de 2009, es que los pacientes que
más se pueden beneficiar son los que presentan tumores superficiales de alto grado.
Es decir, los que cuentan con una mayor probabilidad de recurrencia y
de invasión. "Un 90% de los tumores no son agresivos y no comprometen
la vida del paciente", aclara el urólogo.
El cáncer de vejiga es mucho más frecuente en hombres que en mujeres.
Está muy ligado al tabaquismo y, hasta el momento, ellos siguen fumando
más. Suele aparecer a partir de los 50 años y una de las señales de
alarma es orinar sangre.
"El tabaco incrementa de dos a cuatro veces el riesgo.
Si lo dejas, en los primeros cuatro años las probabilidades de
padecerlo disminuyen un 30%. Y a los 25 años se reducen hasta un 60%",
subraya el experto.
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