La ausencia de un polimorfismo mejora la respuesta a las dietas hipocalóricas |
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Diario Médico (por Beatriz Peñalba)
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sábado, 31 de enero de 2009 |
Los genes pueden influir en la respuesta a las dietas hipocalóricas, por lo que la elección de un mejor tratamiento para el paciente obeso no puede sólo basarse en su índice de masa corporal, sino que es necesario conocer también su bagaje genético. Así lo ha explicado Daniel de Luis Román, autor de un trabajo publicado en Hormone and Metabolic Research.
El polimorfismo 55CT de la proteína UCP3 tiene una alta prevalencia en
las personas con obesidad y modula la respuesta metabólica de estos
pacientes a las dietas hipocalóricas. De esta manera, parámetros como
la tensión arterial, el colesterol, la glucosa, la resistencia a la
insulina o los niveles de moléculas que sintetizan el adipocito, como
la adiponectina, resistina o leptina, mejoran tras la restricción
dietética si existe ausencia de dicha mutación.
Esta conclusión
se desprende de un estudio realizado por el Instituto de Endocrinología
y Nutrición de la Facultad de Medicina de Valladolid en colaboración
con la Unidad de Apoyo a la Investigación del Hospital Universitario
Río Hortega, de esta misma ciudad.
Según ha explicado Daniel de
Luis Román, director y jefe respectivamente de estas dos entidades, a
DIARIO MÉDICO, este polimorfismo tiene una prevalencia importante entre
la población con obesidad. "Cerca del 25 por ciento de nuestros
pacientes presentaban alteración en esta vía metabólica encargada de
regular el gasto energético y que no permite mejorar estos parámetros
tras el tratamiento".
El trabajo, publicado en Hormone and Metabolic Research,
presenta los datos obtenidos en 131 personas con obesidad (IMC>30) y
a los que se les dividió en dos grupos para someterles a dos dietas
hipocalóricas diferentes durante dos meses: 64 de ellos recibieron una
dieta baja en carbohidratos y los 67 restantes, otra baja en grasas.
Dentro de cada grupo se distinguió a los obesos que presentaban el
polimorfismo 55CT y los que no. "En ambos casos los pacientes perdieron
entre un 4 y un 5 por ciento de su peso, pero además, existía un
mejoría del perfil metabólico en aquéllos con ausencia de mutación".
IMC versus base genética Estos
resultados demuestran que "los genes sí pueden influir en la respuesta
a las dietas hipocalóricas", por lo que la elección de un mejor
tratamiento para el paciente obeso "no puede sólo basarse en su índice
de masa corporal, sino que es necesario conocer también su bagaje
genético". Asimismo, "es posible que haya que plantearse hacer llegar
la tecnología de microarrays a la asistencia clínica para poder
detectar polimorfismos en muy poco tiempo y planificar la terapia en
función de esa información".
Actualmente, el equipo que dirige
De Luis está estudiando qué interacciones puede haber entre este
polimorfismo y otras mutaciones de diferentes genes encargados de
modular el apetito, la absorción de alimentos o la inflamación que
sufre el paciente obeso.
(Horm Metab Res 2009; 41: 62-66).
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