Las mujeres que beben dos o más latas de refrescos con gas a lo largo del día tienen el doble de riesgo de sufrir enfermedades renales, según ha demostrado un estudio de la Universidad de Loyola, en California (Estados Unidos). Sin embargo, este incremento del riesgo no es igual para hombres o para aquellas personas que consuman refrescos bajos en calorías.
Los investigadores del Sistema de Salud de la Universidad de Loyola
en California realizaron pruebas a 9.358 adultos de Estados Unidos,
incluyendo pruebas de orina y cuestionarios en torno a sus hábitos
dietéticos. Según las conclusiones del estudio, publicado en la revista
científica PLoSONE, las mujeres que informaron a los científicos de
haber bebido dos o más refrescos con gas en las 24 horas previas a los
análisis, tenían 1,86% de posibilidades de tener albuminuria.
La albuminuria es un exceso de la cantidad de albúmina en la orina, lo
que indica que los riñones no están funcionando correctamente, toda vez
que en condiciones normales, los riñones sanos son capaces de filtran
ese tipo de moléculas. Si el 11% de la población padece de albuminuria,
entre aquellos que beben dos o más latas de refrescos diariamente, el
porcentaje aumenta hasta el 17%. Sin embargo, los efectos dañinos sólo
se observan en las mujeres.
El director del estudio, el
investigador David Shoham, indica que en los últimos años, los casos de
diabetes, obesidad y enfermedades renales se han incrementado al mismo
tiempo que el consumo jarabe de maíz alto en fructosa, el edulcorante
utilizado en la mayoría de los refrescos. Pero, más que la cantidad de
jarabe de maíz alto en fructosa, lo es la cantidad de azúcar, indica
Shoham, que añade que no hay "demoniaco" en ese tipo de edulcorante.
"La gente está consumiendo demasiado azúcar. El problema con el jarabe
de maíz alto en fructosa es que contribuye a un sobreconsumo. Es
barato, tiene una larga vida y nos permite comprar una lata de refresco
por menos de 140 dólares", indica el científico, que espera poder
realizar nuevos estudios que determinen si el aumento del riesgo de
enfermedades renales depende del jarabe de maíz alto en fructosa, de un
exceso de consumo de azúcar, factores del estilo de vida todavía no
contemplados u otras causas desconocidas.
|