Científicos del University College de Londres han ideado un método de diagnóstico precoz del cáncer de ovario, que combina análisis de sangre específicos con una ultrasonografía endovaginal.
El método consiste en análisis de sangre para
detectar en el organismo de las mujeres el marcador tumoral CA-125, una
proteína que se encuentra en mayor medida en las células infectadas por
cáncer de ovario, según publica la edición digital de "The Lancet". Asimismo,
incluye una ultrasonografía endovaginal, una ecografía en la que el
medidor se introduce en la vagina en lugar de pasarse por el abdomen. Al
realizar la exploración desde dentro, se pueden obtener imágenes más
nítidas del ovario, con lo que se facilita la detección de las células
cancerígenas. Un equipo de expertos del University College
liderado por Ian Jacobs y Usha Menon ha conseguido probar la relación
entre el uso de estas dos técnicas en la detección del cáncer de ovario
y la capacidad de superarlo. Para llegar a esta conclusión, un
total de 202.638 mujeres de entre 50 y 74 años de edad fueron
reclutadas en 27 centros de atención primaria en el Reino Unido entre
2001 y 2005. Seguidamente, las participantes fueron asignadas a alguno de los tres grupos existentes. El
primero de ellos, el de control, no recibió ningún tipo de tratamiento
o análisis, mientras las integrantes del segundo grupo se sometieron a
un análisis anual que combinaba las dos técnicas descritas, y un
tercero sólo fue controlado a través de la ultrasonografía vaginal. A
pesar de que los expertos ya han extraído sus resultados preliminares,
estas mujeres seguirán siendo analizadas hasta 2012 y se seguirá de
cerca su evolución hasta 2014. Los resultados obtenidos muestran
que el método que combinaba el análisis de sangre y la ecografía
vaginal fue capaz de detectar el 90 por ciento de los casos de cáncer
de ovario, mientras que el uso exclusivo de la ultrasonografía reducía
el índice de detección hasta el 75 por ciento. Asimismo, 24 de
los 58 casos de cáncer detectados se encontraban en la fase I, una
etapa en la que la probabilidad de supervivencia de las pacientes es
significativamente mayor. Según los autores, estos resultados son
"esperanzadores y factibles a gran escala", lo que podría suponer un
gran paso en la disminución de la mortalidad de este tipo de cáncer,
que tiene un índice de supervivencia del 30 por ciento si no se detecta
en sus primeras fases. Asimismo, añaden que actualmente se está
analizando el impacto psicológico y social de estos tratamientos, así
como su eficiencia en términos económicos. El cáncer de ovario,
conocido en el ámbito médico como "el asesino silencioso" por la
ausencia de síntomas que conlleva, es actualmente el tipo de cáncer del
sistema reproductivo femenino que más muertes provoca al año. Si
se detecta precozmente, cuenta con una probabilidad de supervivencia
del 90 por ciento, pero 7 de cada 10 mujeres que lo padecen son
diagnosticadas cuando éste se encuentra demasiado extendido, un hecho
que reduce su esperanza de vida hasta el 30 por ciento.
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