Amber Hartnell en ningún momento había pretendido tener un parto orgásmico. Simplemente, le sucedió. "Sencillamente, logré alcanzar ese estado de éxtasis en el que se suceden esos picos orgásmicos. Eran como oleadas arrolladoras que iban penetrando hasta lo más profundo de mí mientras yo reía y gritaba. No me sentía como si estuviera teniendo contracciones. Eran, más bien, como una especie de arrebatos. Y, de hecho, no experimenté dolor, sino sensaciones verdaderamente intensas".
Para la mayoría de las mujeres que han dado a luz -y, también, para
la mayoría de los hombres que lo han presenciado- tales "sensaciones" no son otra cosa que un eufemismo de dolor: la mayoría de ellas no ha experimentado durante el parto nada que pudiera parecerse mínimamente a un orgasmo.
Pero Amber Hartnell afirma que eso fue lo que le ocurrió a ella
mientras daba a luz a su hijo Orus, un niño que tiene ya tres años y
medio. El parto de Amber fue natural, en una bañera especial para
parturientas que tenía en su casa y duró 12 horas. Tales "arrebatos
orgásmicos" se le estuvieron produciendo durante dos tercios,
aproximadamente, de dicho tiempo y hasta el final del proceso.
"Desde luego, fue el placer más extraordinario y avasallador que haya podido experimentar en mi vida",
comenta Amber Hartnell. "Fue algo así como si una suerte de flujo
energético hubiera recorrido todo mi interior". Además, asegura que no
tuvo que prepararse demasiado antes de dar a luz.
"Habitualmente, hago yoga para mantener mi cuerpo flexible y he
practicado la meditación. Pero únicamente había leído un libro sobre
partos, porque no quería llenarme la cabeza de información. Lo que
quería, en realidad, no era otra cosa que abrirme al proceso".
Ahora, aquella experiencia suya se ha convertido en un acontecimiento global. Amber
Hartnell, de 29 años de edad, un ama de casa que vive en la isla de
Kauai, en Hawai, aparece en un documental titulado 'Parto Orgásmico',
que se ha emitido en EEUU, y que se está proyectando en numerosos
eventos especiales en todo el mundo.
El propio marido de Amber Hartnell la había filmado mientras ella
estaba dando a luz y ambos se mostraron de acuerdo en permitir que el
director del mencionado documental utilizara las imágenes.
La reacción de los espectadores
La respuesta del público ante el documental ha sido tanto de
fascinación como de horror. Para muchas mujeres, la idea de que el
hecho de dar a luz a un hijo pueda ser una experiencia de carácter
orgásmico resulta algo demasiado extravagante y hasta ofensivo.
Una bloggera que se encuentra en un estado de gestación muy
avanzado, escribe que "puede entender el dolor como algo natural en el
proceso de dar a luz, así como hacer que el cuerpo lo supere,
transformándolo en lo más agradable. ¿Pero orgásmico? No. En mi opinión, quien lo encuentre orgásmico necesita ayuda".
Amber Hartnell, sin embargo, afirma recibir cientos de mensajes de
entusiastas seguidoras suyas, incluyendo entre ellos los de varias
mujeres embarazadas que cambiaron sus planes para el parto a raíz de
haber visto la película.
El título del documental es, de hecho, equívoco. Mientras que se
entrevista a varias mujeres que aseguran haber tenido un orgasmo
durante el parto, la película trata de los denominados nacimientos
serenos, es decir, partos naturales en un ambiente del propio hogar, sin hacer uso de ninguna clase de medicamentos.
Únicamente en un entorno como éste, unas cuantas mujeres han sido
capaces de alcanzar el orgasmo en el curso del parto, según afirma
Marsden Wagner, ex director de Salud Infantil y de Mujer de la
Organización Mundial de la Salud. "Es preciso que todo sea igual que
cuando se hace el amor", asegura este médico en el documental. "Ha de
ser un proceso tranquilo, seguro e ininterrumpido".
Partos naturales
En el documental aparece también May Gaskin, la más famosa activista
a favor del parto natural en EEUU, cuyo libro Comadrona Espiritual es
la biblia sobre partos para madres modernas. Defensora del 'nacimiento
extático' -un parto agradable y sin medicamentos-, May Gaskin hizo una encuesta a 151 mujeres, de las que 32 afirmaron haber tenido un parto orgásmico.
May asegura que un nacimiento extático es "el momento cumbre más
natural del que haya oído hablar, donde la mujer descubre realmente su
cuerpo".
"La presión que ejerce la cabeza del bebé sobre las paredes de la
vagina, así como la apertura y dilatación de los tejidos mientras la
cabeza del niño desciende, proporciona a algunas mujeres una inesperada
sensación de excitación sexual, incluso de éxtasis", añade.
Debra Pascali-Bonaro, la productora de la película, una educadora
prenatal, asegura que esa capacidad de la mujer para sentir un placer
físico de gran intensidad durante el parto es 'el secreto mejor
guardado'. Tan bien guardado que muchas argumentan que tal fenómeno no
existe. Por tanto, el debate es sobre si lo que han experimentado esas
mujeres ha sido un verdadero clímax sexual o, simplemente, lo que han
sentido no ha sido sino una especie de respuesta sadomasoquista,
confundiendo el dolor intenso con el placer.
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