Los familiares de las niñas afectadas por una supuesta reacción contra la vacuna del papiloma humano, creen que el conseller de Sanidad, Manuel Cervera, ha roto su compromiso de gestionar la consulta médica con expertos estadounidenses.
Valencia.- Los padres de las dos niñas que sufrieron una supuesta reacción adversa a la vacuna contra el virus del papiloma humano, una de las cuales sigue hospitalizada, han pedido la "dimisión inmediata" del conseller de Sanidad, Manuel Cervera, al considerar que ha "traicionado" su confianza y la de todos los valencianos.
En una carta abierta al conseller de Sanidad, los padres de las menores aseguran a Cervera que ha "faltado a su palabra rompiendo el compromiso adquirido con nosotros de que el hospital Clínico sería el que gestionaría la consulta médica al Hospital John Hopkins de Baltimore".
"Sin embargo, una vez hecho público el compromiso, puertas adentro se nos denegó esta posibilidad a través de Salud Pública, informándonos de que éramos nosotros los que debíamos afrontar los gastos y la gestión de dicha consulta", añaden.
A su juicio, a esta actuación, "impropia de quien es el máximo garante de la salud de los valencianos y de todas las personas que viven en nuestra Comunidad", se suma "su incapacidad para asumir la responsabilidad política de lo que les ha sucedido a Karla y a Raquel".
"Debe ser muy difícil explicarle a los padres que tienen que vacunar a sus hijas la gravedad de los posibles efectos secundarios de una vacuna que, desde nuestro punto de vista, se ha instaurado más con fines de rentabilidad política que sanitaria", señalan en la carta abierta.
Las dos menores ingresaron a principios de febrero en el Hospital Clínico de Valencia después de recibir la segunda dosis de la vacuna Gardasil, y durante cerca de dos meses han entrado y salido de la Unidad de Cuidados Intensivos al sufrir crisis convulsivas.
Una de las menores, de 15 años, fue dada de alta el pasado 28 de marzo y recibe atención ambulatoria, mientras que la otra niña, de 14, permanece ingresada en una habitación en planta en el centro hospitalario.
Según los padres de las menores, la actuación del conseller de Sanidad "no ha sido digna de elogio, como tampoco ha sido muy honorable querer tapar lo sucedido con el pretexto de no alarmar a la opinión pública, pretexto con el que se nos ha intentado silenciar desde el primer momento".
"El tiempo demostrará que estas estrategias no dan muy buen resultado", señalan las familias, que agregan que "querer desentenderse de las niñas porque le plantean 'un problema' minimizando las graves secuelas que en la actualidad padecen y que han convertido su vida diaria en un infierno, tampoco parece muy inteligente".
Además, recuerdan que hay otras niñas afectadas por los efectos adversos de la vacuna contra el virus del papiloma humano, como "Carolina, Lucia, Ana, Marisol, Henar, Mari, Lucia, Aurora, Maite..."
En la carta abierta le recriminan que "querer responsabilizarlas de lo que les ha pasado apuntando a un trastorno 'propio' de la adolescencia que justifica su cuadro clínico, es lo más bajo, absurdo, ruin y carente de base científica que podríamos esperar de un Conseller, que además es médico".
"A nuestras hijas, su corta edad, no les impide comprender que se desconozca el tratamiento que pueda liberarlas de su sufrimiento y del nuestro, pero lo que no pueden entender es que haya mirado usted hacia otro lado y no se haya puesto a trabajar para encontrarlo", aseguran.
Por último, afirman que: "No sabemos si usted podrá conciliar el sueño pero de lo que no nos cabe la más mínima duda y por eso pedimos su dimisión es que: ¡Peor no lo podría haber hecho!".
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