The New England publica hoy un trabajo sueco que avala la seguridad de las endoprótesis farmacoactivas a largo plazo, también en pacientes que quedan fuera de las indicaciones aprobadas por la FDA.
Un trabajo en pacientes suecos que recibieron stent coronarios
entre 2003 y 2006 y a los que se siguió de uno a cinco años, hasta
finales de 2007, concluye que las endoprótesis farmacoactivas
comparadas con las de metal se asocian a similares tasas de mortalidad
y de infarto de miocardio a largo plazo, y que además comportan un
descenso importante de las reestenosis en pacientes de alto riesgo. Las
conclusiones se publican hoy en The New England Journal of Medicine.
El
estudio, cuyo primer firmante es Stefan K. James, de la Universidad de
Uppsala, ha evaluado a 47.967 pacientes con endoprótesis coronaria,
incluidos en el Registro de Angioplastia y Angiografía Coronaria de
Suecia. Los resultados preliminares de este trabajo aparecieron en
2007, también en The New England, y asociaron los stent
farmacoactivos a una mayor mortalidad que las endoprótesis de metal,
aunque se obtuvieron sobre datos de 2003 a 2004. Ahora, un análisis más
amplio del registro sueco desmiente esas primeras conclusiones.
En
este trabajo se ha compardado a los que recibieron una endoprótesis
farmacoactiva (10.294 sujetos) con los que recibieron un stent de metal
(18.659), previo ajuste de las diferentes características clínicas de
los pacientes, así como de las de los vasos y lesiones.
En
total se registraron 2.380 muertes y 3.198 infartos de miocardio, sin
que se constataran diferencias globales entre ambos grupos. Tampoco las
hubo al analizar subgrupos de pacientes clasificados según la
indicación de implantación de endoprótesis.
Los
pacientes que habían recibido la endoprótesis farmacoactiva en 2003
tenían una tasa mayor de eventos tardíos comparados con los tratados
con stent de metal de ese mismo año, pero no se registraron esas
diferencias en los años siguientes. Entre los pacientes de alto riesgo,
las probabilidades de reestenosis fueron un 74 por ciento menores con
los stent farmacoactivos que con los de metal.
(N Engl J Med 2009; 360: 1.933-46).
Elevación del segmento ST
El estudio sueco aparece junto con otro en The New England sobre los stent recubiertos de paclitaxel, pero esta vez en una indicación concreta: infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST.
Los
autores, encabezados por Gregg W. Stone, del Hospital Presbiteriano y
la Universidad de Columbia, ambos en Nueva York, concluyen que las
endoprótesis con paclitaxel (aplicadas en 2.257 pacientes), comparadas
con los stent de metal (en 749 sujetos), reducen las pruebas
angiográficas de reestenosis y de isquemia recurrente demandante de
repetir un proceso de revascularización. Todo ello sin que se
registraran problemas de seguridad en un año.
(N Engl J Med 2009; 390: 1.946-59).
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