Científicos del Baylor College of Medicine de Texas (Estados Unidos)
han dado un paso importante en el conocimiento de los ovarios y también
de sus patologías y los problemas de infertilidad que sufren algunas
mujeres. En un estudio publicado en 'Science',
describen dos enzimas cuya eliminación desencadena una serie de
alteraciones que culminan con la incapacidad para la reproducción.
"Existen otros genes que cuando mutan pueden bloquear la ovulación u
otras actividades involucradas en la maduración de los oocitos o en la
formación del cuerpo lúteo. Pero estos son los únicos tan potentes como para bloquearlo todo", ha explicado JoAnne Richards, una de las autoras del trabajo.
Ella y su equipo centraron su atención en un grupo de moléculas
llamadas MAP kinasas, implicadas en muchas vías celulares. Dentro de
estas, hay un subgrupo relacionado en investigaciones anteriores con la
fertilidad, el formado por ERK1 y 2. Sin embargo, su papel específico
en la regulación de los procesos que tienen lugar en el ovario "no se
ha analizado ni definido claramente aún", anotan los autores.
Para evaluar la función de ERK1 y 2 en las gónadas femeninas,
Richards y sus colegas crearon dos familias de ratones. Una sin ERK2 en
las células de la granulosa –esenciales para el desarrollo folicular- y
la otra carecía por completo de ERK1. Después cruzaron a los ejemplares.
De las hembras, aquellas que carecían de ambas enzimas "no podían ovular y eran completamente infértiles",
explican los investigadores. Al alcanzar la edad adulta, sus ovarios
mostraban folículos preovulatorios pero no cuerpos lúteos, que son
aquellos que aparecen después de que se produzca la ovulación. Además,
las secreciones hormonales eran anómalas, "indicando la presencia de
profundos cambios endocrinos", añaden.
Dos horas vitales
Análisis más exhaustivos revelaron que el bloqueo de ERK1 y 2
impedía que la hormona luteinizante, que controla la remodelación del
folículo y la división de las células de la granulosa además de la
liberación del óvulo maduro, realizara adecuadamente su trabajo.
La activación de estas dos enzimas es rápida "como una bala", ha
explicado Richards. Sólo durante un corto periodo de tiempo, que va de
los 30 minutos a las dos horas, ERK1 y 2 se activan para emitir las
señales necesarias para que la ovulación sea satisfactoria. Si estas moléculas fallan, el óvulo no madura correctamente.
"Estos hallazgos podrían ayudar a esclarecer la naturaleza molecular que subyace a la patología ovárica
y otras condiciones que provocan infertilidad en los seres humanos",
concluyen Rajsesha Duggavathi y Bruce Murphy, especialistas en
reproducción animal, en un editorial que acompaña al trabajo de
Richards.
Comentarios reservados a usuarios registrados. Por favor ingrese al sistema o regístrese. Powered by AkoComment! |