Un estudio revela que la fuerza de las creencias religiosas de una mujer joven no modifica su decisión de abortar o no un embarazo prematrimonial.
Aun así, la autora del estudio, doctora Amy Adamczyk, halló
que las mujeres que se identificaron como protestantes
conservadoras, o que compartieron la escuela con muchos
protestantes conservadores, eran menos propensas a optar por un
aborto que el resto de los protestantes, los católicos o los
judíos. Adamczyk, del Colegio de Justicia Criminal John Jay y de la
City University de Nueva York, indicó que las sectas
protestantes conservadoras, como los evangelistas, los
pentecostales y los cristianos carismáticos, "realmente
promueven la maternidad, aún a costa de las aspiraciones
académicas y profesionales. La colocan en un pedestal". De modo que para esas jóvenes, agregó, es quizás más
aceptable optar por una maternidad sin casamiento que por un
aborto. La influencia de la religión sobre la posición frente al
aborto se estudió exhaustivamente, aunque Adamczyk señaló que
poco se conoce sobre cómo afecta la conducta real de las
mujeres jóvenes. Para investigarlo, analizó datos de 1.504 mujeres de 14 a
26 años al momento de enterarse de que estaban embarazadas.
Ninguna estaba casada y el 25 por ciento había optado por un
aborto. Según Adamczyk, esa es quizás una subestimación. En un artículo publicado en Journal of Health and Social
Behavior se indica que la autora no halló efecto alguno de la
"religiosidad individual" (cuán involucrada está cada mujer con
su religión, con qué frecuencia rezaba y cuán importante
percibía que era su religión) sobre la decisión de la mujer de
optar o no por un aborto. Pero sí halló que las protestantes conservadoras eran menos
propensas que las no cristianas, las católicas y el resto de
las protestantes a decir que habían optado por un aborto. Halló también que las mujeres que iban o se habían graduado
en una escuela privada religiosa eran más propensas a haber
optado por un aborto que las que iban a escuelas públicas. Hay varias explicaciones posibles para esas decisiones: las
sanciones sociales y académicas de tener un hijo fuera del
matrimonio superarían las objeciones al aborto en sus escuelas
o sectas religiosas. "Quizás, ir a una escuela católica es más un indicador de
aspiraciones educativas y el nivel de ingreso familiar que la
afirmación 'Oh, soy una católica devota'", agregó Adamczyk. Muchas alumnas de escuelas católicas no son católicas,
agregó, y pertenecerían a familias más adineradas y educadas
que pueden pagar la matrícula escolar, y que tienden también a
tener actitudes más liberales.
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