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Después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidiera elevar a la fase 6 el nivel de alerta de pandemia del virus H1N1, los expertos aguardan a ver cómo se comportará el virus a su paso por el hemisferio sur, donde comienza la estación invernal, puesto que servirá de indicativo y pronóstico para lo que nos espera a los países de la cara norte a partir de otoño.

Según ha declarado Juan José Badiola, director del Centro Nacional de Referencia de Encefalopatías Espongiformes Transmisibles, durante las III Jornadas sobre Salud Pública en el Area de Salud de Badajoz, el temor ahora es que la propagación del virus hacia el continente asiático potencie el riesgo de recombinación con el virus de la gripe aviar, el H5N1, lo que podría dar origen a un virus potencialmente más peligroso. "No debemos precipitarnos, ya que la evolución de este virus es impredecible, pero estamos preocupados por la posibilidad de que los dos virus coincidan y creen uno nuevo mucho más peligroso. Por ello hemos de estar vigilantes, observar su comportamiento y poner en marcha todos los mecanismos de defensa posibles".

También la directora de la OMS, Margaret Chan, en su última comparecencia, ha mostrado su inquietud ante la llegada de la gripe A al sudeste asiático, principalmente: "Aunque la gravedad de la pandemia parece moderada en los países relativamente ricos, es prudente prever que el panorama se ensombrecerá cuando el virus se propague a zonas donde los recursos son limitados, la atención de salud es mala y se registra una elevada prevalencia de otros problemas médicos".

La parte positiva es que los laboratorios de Estados Unidos ya han encontrado una cepa para desarrollar una nueva vacuna, aunque de momento no hay fecha concretada. Según ha comentado Chan, "tengo entendido que se dispondrá de capacidad plena para asegurar el mayor suministro posible de la vacuna antipandémica en los próximos meses".