Si se administran dosis muy altas de insulina intravenosa a sujetos sanos...
Si se administran dosis muy altas de insulina intravenosa a sujetos
sanos, éstos son capaces de generar un 30 por ciento más de su propia
insulina. Así lo afirma Ximena López, uno de los autores de un estudio
realizado en el Centro Joslin de Diabetes y presentado en ADA'2009.
La administración de insulina exógena potencia la secreción de
insulina estimulada por glucosa independientemente de los niveles de
ácidos grasos libres en humanos in vivo.
Ésta es la
conclusión y título de un estudio realizado por Ximena López, que ahora
trabaja como asesora médica en diabetes de la compañía Novo Nordisk en
Madrid, cuando disfrutaba de una beca de investigación de
Endocrinología Pediátrica concedida por el Centro Joslin de Diabetes,
afiliado a la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, en
Boston, y el Hospital General de Massachusetts.
La
investigación en animales ha sido llevada a cabo en el Laboratorio de
Fisiología Molecular y Celular que dirige Allison B. Goldfine en el
Centro Joslin, y los ensayos en humanos se han desarrollado en el
Centro de Investigación Clínica del Joslin.
El
trabajo, desarrollado entre 2005 y 2008, ha contado con la colaboración
de Aaron Cypess, Raquel Manning, Rohit N. Kulkarni y Ronald Kahn, del
citado centro, y se presentó en la LXIX Sesión Científica Anual de la
Asociación Americana de Diabetes (ADA), celebrada en Nueva Orleans. Los
autores tienen previsto enviarlo a la revista Diabetes.
La
tesis de López analiza si en las personas sanas la insulina puede
estimular lapropia secreción de esta hormona en el páncreas.
Este
mecanismo se denomina retroalimentación positiva y previamente se había
comprobado que si a las células beta del páncreas del ratón se les
administraba insulina éstas reaccionaban de forma positiva y eran
capaces de generar más insulina.
La
primera parte de este estudio se basó en modificar genéticamente
ratones para que sus células beta del páncreas fueran insensibles a la
insulina, como sucede en los pacientes diabéticos.
Después analizamos a 30 adultos jóvenes de entre 18 y 40 años con un peso normal y sin ninguna enfermedad.
"Gracias a este estudio traslacional, demostramos que si se administran
dosis muy altas de insulina intravenosa a sujetos sanos generan un 30
por ciento más de su propia insulina que si no se les administra, en
comparación con solución salina.
Ahora
estamos analizando esta conclusión en 30 pacientes diabéticos de tipo
2. La lección práctica es que si demostramos que los diabéticos son
insensibles a este efecto podrían beneficiarse de fármacos que hagan
más sensible a la insulina a la célula beta", ha explicado López.
Ya
existen medicamentos, como metformina y rosiglitazona, que actúan
mejorando la sensibilidad a la insulina en el músculo y en el tejido
adiposo. Pero la idea es que causen este efecto en la célula beta.
Esto
conduciría a una mejor secreción de insulina.Buscar el defecto"El punto
final sería poder llegar a desarrollar fármacos sensibilizadores a la
insulina en las células beta. Por otro lado, habría que buscar cuál es
el defecto que hace que la insulina no pueda estimular su propia
secreción".
Uno de los primeros signos
de la enfermedad en sujetos con diabetes tipo 2 es que tienen un
defecto en la primera fase de la secreción de la insulina -la dedicada
a la liberación rápida de esta hormona-.
"También estamos llevando a cabo un estudio que es una modificación del
que hicimos. En el nuevo estamos administrando dosis más bajas de
insulina".
PEOR CONTROL GLUCÉMICO EN NIÑOS HISPANOS Durante
su estancia en el Centro Joslin de Diabetes, Ximena López participó en
otros proyectos en el área de Endocrinología Pediátrica. Uno de ellos
es un estudio epidemiológico para evaluar, en la población de Boston,
si los niños hispanos con diabetes tipo 1 tienen un peor control de
esta enfermedad en comparación con los niños caucásicos.
"Efectivamente, vimos que entre ambos grupos hay un punto de diferencia
en las cifras de hemoglobina glucosilada en favor de los caucásicos.
Al
analizar las causas comprobamos que esto se debe, principalmente, a que
el nivel socioeconómico de los hispanos es más bajo, lo que repercute
en una administración de regímenes terapéuticos muy diferentes.
Una gran parte de los niños caucásicos utilizan bombas de insulina,
mientras que los hispanos usan mezclas de insulina (combinación de
insulina NPH con insulinas rápidas).
Para
poner una bomba de insulina a un niño es necesario que sus padres
tengan cierto grado de educación. Por otro lado, las mezclas suponen un
régimen más simple".
Los investigadores publicarán los resultados de esta investigación en la revista Diabetes Care.
Más noticias sobre la Reunión Anual de la Asociación Americana de Diabetes.
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